
Las redes cargan contra Bolaños por su nueva reforma: la UCO dependerá de la Fiscalía
El Ministerio de Justicia remata una reforma que lo cambia todo y sufrirá un vuelco histórico
España arde en indignación. La nueva reforma de Félix Bolaños huele a control político. El Ejecutivo quiere que la Guardia Civil, y en especial la UCO, pase a recibir órdenes de la Fiscalía.
Una Fiscalía que, no olvidemos, está dirigida por un fiscal general nombrado por el propio Gobierno.
La frase lo resume todo:
“Te puedo sentar con la Fiscalía”.
Lo dijo Leire Díez, la fontanera del PSOE, a un empresario. Buscaba información comprometedora sobre la UCO. No es una militante de base.
Es alguien con acceso y poder. Lo dejó claro con una promesa digna de una serie de corrupción: acceso directo al Ministerio Público.
Mientras tanto, el Ministerio de Justicia remata una reforma que lo cambia todo. La Ley de Enjuiciamiento Criminal sufrirá un vuelco histórico. La instrucción ya no la llevarán los jueces.
Pasará a manos de los fiscales. Y, por tanto, la Policía Judicial quedará bajo su mando, incluida la UCO y la UDEF.

El cambio es profundo y peligroso. Porque el fiscal general del Estado seguirá dependiendo del Gobierno.
Aunque su mandato se alargue a cinco años, seguirá siendo un peón del poder político, y en ese tablero, los fiscales obedecerán órdenes. No habrá independencia real. Solo jerarquía.
El malestar en la carrera judicial es enorme también entre los fiscales. Las asociaciones ya han anunciado paros para junio.
Denuncian lo evidente: esta reforma es una trampa. No hay garantías ni hay mecanismos de control ni hay equilibrio.
Un magistrado lo deja claro:
“¿Por qué no tener un juez dirigiendo la instrucción? Es la mejor garantía de independencia”.

Porque ese es el fondo del asunto. No se trata de si los fiscales son capaces, es si serán libres. Y todo apunta a que no.
En Europa existe algo parecido, la Fiscalía Europea. Pero allí hay control, hay órganos externos, supervisión, aquí no.
Aquí todo queda en manos de un fiscal general elegido a dedo. Y con la UCO bajo su mando, no hará falta presionar ni desacreditar. El control será total.
Muchos ya han respondido. Y están en la calle. Porque si los fiscales mandan y los jueces solo vigilan, la independencia judicial queda herida de muerte.
Y con ella, nuestra democracia.
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