
Un informe denuncia el uso de fondos de la UE para financiar propaganda y censurar
Según el informe, muchas de las organizaciones beneficiadas terminan actuando como portavoces de la propia Comisión
Un nuevo informe publicado por el think tank MCC Brussels ha sacudido los cimientos de la Comisión Europea. El estudio, titulado La máquina de propaganda de la UE, acusa al Ejecutivo comunitario de financiar a cientos de ONG y universidades en toda Europa. Con el pretexto de luchar contra el discurso de odio y la desinformación.
En total, se identifican 349 proyectos impulsados sin mecanismos claros de control ni rendición de cuentas.
Detrás del informe está el doctor Norman Lewis. Quien advierte que buena parte de estos fondos se han destinado a crear un entramado que, en lugar de fomentar el debate libre y plural. Termina por controlar el lenguaje público y empujar una visión única de Europa.
El documento también señala que la Comisión ha canalizado más de 45.000 millones de euros hacia el programa "Resiliencia y Valores". De los cuales, 1.800 millones van directos al apartado de "Derechos y Valores".
Dentro de esa bolsa, destaca el programa CERV (Ciudadanos, Igualdad, Derechos y Valores) que solo en 2025 manejará 236 millones de euros. La mayoría de los proyectos financiados comparten un mismo objetivo: reforzar una integración europea cada vez más profunda.
Según el informe, muchas de las organizaciones beneficiadas terminan actuando como portavoces de la propia Comisión, desdibujando la línea entre sociedad civil y propaganda oficial.
Incluso se denuncian casos donde se habría utilizado el apoyo a ONG locales para deslegitimar gobiernos democráticamente elegidos. Todo bajo el paraguas de los “valores europeos”.

Uno de los ejemplos más llamativos es la financiación de 250 millones de euros concedida a Euronews durante una década, o los 270.000 euros dirigidos a proyectos en Rumanía, Bulgaria e Italia. Diseñados específicamente para "contrarrestar la desinformación que aleja a los ciudadanos del proyecto europeo".
El problema, según MCC Brussels, no es solo el destino del dinero, sino la falta de transparencia que lo rodea. La gestión de estos fondos, afirman, está lejos de ser neutra o imparcial.
En lugar de promover una verdadera diversidad de pensamiento, se estarían utilizando para consolidar una narrativa oficial desde las instituciones comunitarias.
Ante este escenario, el centro de estudios ha propuesto crear un organismo que audite de forma independiente el uso de estos fondos. Lo han bautizado EU DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental de la UE), inspirado en una medida similar puesta en marcha por la administración Trump en Estados Unidos.
Este informe llega en un momento clave, cuando crecen las críticas hacia Bruselas. Por su intento de regular y en algunos casos censurar los discursos que se alejan de su línea oficial.
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