
Escándalo en Alemania: ancianos desalojados de residencias para dar paso a inmigrantes
El Gobierno alemán deja en la calle a sus ancianos por darle techo a solicitantes de asilo
En una decisión que ha generado indignación en Alemania, varias residencias de ancianos están siendo desmanteladas para convertirlas en centros de acogida para solicitantes de asilo. Esto, al ser considerados más lucrativos por los operadores.
Según un informe reciente, los propietarios de estos centros están priorizando contratos con el gobierno para albergar a inmigrantes. Lo que les genera mayores ingresos en comparación con el cuidado de personas mayores. Esta práctica, conocida como el "truco del desalojo", ha levantado críticas por su impacto en los ancianos, muchos de los cuales han sido forzados a abandonar sus hogares.

El caso más destacado ocurrió en una residencia en el estado de Renania del Norte-Westfalia, donde decenas de personas mayores fueron notificadas de que debían abandonar las instalaciones. Los operadores argumentaron que los contratos para alojar solicitantes de asilo ofrecen mejores márgenes económicos, ya que el gobierno cubre costos elevados por persona.
Además, las regulaciones para centros de asilo son menos estrictas que las de residencias de ancianos, lo que reduce los gastos operativos. Esta situación ha dejado a muchos ancianos sin un lugar donde vivir, generando preocupación entre sus familias y organizaciones de derechos humanos.
La noticia ha desatado un debate nacional sobre las prioridades del sistema de bienestar. Organizaciones sociales han denunciado que se está sacrificando el bienestar de los ancianos por beneficios económicos.
"Es inaceptable que se desplace a personas vulnerables para maximizar ganancias", afirmó un portavoz de una ONG dedicada a los derechos de los mayores. Por su parte, algunos políticos han exigido una investigación para garantizar que las residencias cumplan con su responsabilidad social.
El gobierno alemán, que enfrenta una creciente presión migratoria, ha defendido los contratos con centros de asilo como una medida necesaria para gestionar la llegada de refugiados. Sin embargo, no ha abordado directamente las consecuencias para los ancianos desalojados.
Mientras tanto, las familias afectadas buscan soluciones desesperadamente, y la controversia sigue creciendo. Este caso pone en evidencia las tensiones entre las políticas migratorias y el cuidado de los sectores más vulnerables de la sociedad alemana.
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