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Elon Musk: De la bancarrota a revolucionar la energía y el transporte mundial
Con su fortuna casi perdida, apostó todo en un último movimiento que cambiaría el futuro de la humanidad
En 2008, la fortuna de Elon Musk estaba al borde de la desaparición. Después de ganar 180 millones de dólares con la venta de PayPal, se encontraba a solo semanas de quedarse sin efectivo.
Tesla perdía 10 millones de dólares al mes, SpaceX acumulaba fracasos en sus lanzamientos y Musk sobrevivía con préstamos personales para pagar sus gastos básicos.
Cualquier otro empresario habría declarado la bancarrota y comenzado de nuevo. Pero Musk tomó una decisión arriesgada que cambiaría su destino y el de la industria energética para siempre.
Con el tiempo en su contra, Musk recurrió a su familia. Convocó una reunión con sus primos Lyndon y Peter Rive, quienes habían fundado SolarCity en 2006.
Su idea era ambiciosa: hacer que la energía solar fuera accesible para todos, no solo para los más ricos.
En aquel entonces, los paneles solares eran costosos y el petróleo dominaba el mercado energético. Los inversores no apostaban por la energía renovable y el escepticismo era generalizado.
Sin embargo, Lyndon y Peter encontraron un modelo innovador: en lugar de vender paneles solares con altos costos iniciales, los alquilarían a los propietarios. Así eliminarían barreras económicas garantizando un acceso más amplio a la energía limpia.
El concepto era revolucionario, pero faltaba un detalle crucial: necesitaban seis millones de dólares para lanzar el proyecto.
Musk tenía dos opciones: reservar su dinero para intentar salvar Tesla y SpaceX o apostar lo poco que le quedaba en un tercer negocio.
En un movimiento que muchos calificaron de insensato, Musk escribió el cheque y se convirtió en presidente de SolarCity.

De la ruina al éxito: SolarCity despega
El tiempo le dio la razón. Para 2012, SolarCity se había convertido en el proveedor de energía solar más grande de Estados Unidos.
La empresa salió a bolsa con una valoración de 1.600 millones de dólares. De este modo, Musk desafió todas las expectativas de los analistas y dejó en evidencia a los inversionistas que en su momento la despreciaron.
Mientras tanto, Tesla y SpaceX lograban estabilizarse. Su visión de un futuro basado en la energía sostenible empezaba a tomar forma, pero todavía faltaba una pieza clave en su plan maestro.
2016: La jugada definitiva de Musk
Ocho años después de aquella reunión familiar, Musk dio el siguiente gran paso: Tesla adquirió SolarCity por 2.600 millones de dólares.
La decisión fue altamente criticada. Muchos acusaron a Musk de usar Tesla para rescatar un negocio en problemas. Algunos accionistas incluso presentaron demandas en su contra.
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Sin embargo, Musk tenía una visión más amplia. No solo estaba comprando una empresa de energía solar, sino que estaba construyendo el primer ecosistema completo de energía sostenible:
- Automóviles eléctricos con baterías de alto rendimiento.
- Hogares alimentados por energía solar, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.
- Sistemas de almacenamiento de energía, maximizando el aprovechamiento de recursos renovables.
Con Tesla y SolarCity combinadas, Musk logró lo que parecía imposible. Crear una red de energía limpia integrada, capaz de transformar la forma en que las personas consumen electricidad.
El futuro pertenece a los que arriesgan todo
Hoy, lo que empezó como una apuesta desesperada en medio de una crisis personal y financiera ha cambiado la industria energética global.
La visión de Musk ha permitido que millones de hogares funcionen con energía renovable, acelerando la transición hacia un mundo más sostenible.
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Esa reunión familiar en 2008, que pudo haber sido el último intento de salvar su fortuna, terminó sentando las bases para una revolución energética.
Musk no solo evitó la bancarrota, sino que apostó por un futuro más limpio. Porque, al final, el éxito no es solo de quienes tienen recursos, sino de quienes se atreven a jugárselo todo.
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