
Denuncian la apertura ilegal del hostal en Parque de las Avenidas
Los vecinos temen que el local pueda convertirse en centro para alojar inmigrantes llegados desde Canarias
El Velvet Hostel abrió ayer en el Parque de las Avenidas pese a no contar con licencia de ocupación ni de funcionamiento.
El estreno coincidió con la declaración del alcalde Martínez-Almeida, que había indicado que el establecimiento no debía abrir. A pesar de la oposición municipal, varios turistas comenzaron a alojarse en las cinco habitaciones del hostel ilegal.
Algunos viajeros que iban a otro local del mismo dueño fueron trasladados a este, dejando el hostel casi completo. A las 20:00 horas, vecinos se concentraron frente al albergue para denunciar su apertura sin permisos oficiales.
Temen que el local pueda convertirse en centro para alojar inmigrantes llegados desde Canarias, enviados por el Gobierno.

El edificio, situado en La Guindalera y antes centro de salud, estaba destinado inicialmente a solicitantes de asilo. Sin embargo, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) descartó su uso al no cumplir los requisitos ni contar con licencia.
Los residentes critican la gestión municipal y los constantes cambios en la concesión de permisos a este hostel, gestionado por Mohamed Zacaria. El empresario posee 15 hostels en Europa y mantiene en Madrid otros dos, en Vallecas y Pacífico, según fuentes vecinales y municipales.

La pensión de Vallecas cerró este verano y su servicio de acogida fue trasladado a otra provincia con costes más bajos.
Los vecinos sostienen que Zacaria "hace negocio con la acogida de inmigrantes" y denuncian la falta de control por parte del Ayuntamiento.
El 2 de septiembre, el Ayuntamiento emitió un informe favorable para conceder la licencia de funcionamiento al Velvet Hostel. Una semana después, el Consistorio revocó su propio informe al no haberse dado el plazo de audiencia a los interesados.
Los residentes aseguran que estos cambios generan incertidumbre y preocupación sobre el uso real del albergue.
Algunos temen que el hostel termine alojando a inmigrantes de manera irregular, generando problemas de seguridad y convivencia.
Mientras tanto, el albergue sigue recibiendo turistas, pese a no contar con la autorización oficial para operar en Madrid.
El caso ha generado debate sobre la gestión de hostales que podrían servir de albergues para inmigrantes y sobre el control normativo.
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