¿Cuánto gastará Navarra anualmente por cada MENA acogido?
La polémica crece por el elevado coste de acoger menores migrantes mientras sectores esenciales están desfinanciados
El Gobierno de Navarra ha tomado la decisión de destinar una considerable cantidad de recursos económicos a la acogida de menores extranjeros no acompañados (MENAs). Algo que ha reavivado el debate en torno al impacto financiero que supone para las comunidades autónomas.
En concreto, la Consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu, ha confirmado que cada uno de estos menores recibirá unos 50.000 euros anuales para su manutención. Estos recursos cubrirán tanto alojamiento como atención profesional las 24 horas del día en pisos residenciales adaptados para hasta cinco menores. A diferencia de otras comunidades, Navarra ofrece esta asistencia hasta los 21 años, tres años más allá de la mayoría de edad legal en España.
Este gasto considerable ha sido justificado como una respuesta a la "emergencia humanitaria" que afecta a los menores migrantes. Sin embargo, no deja de ser objeto de polémica, especialmente cuando se pone en perspectiva con la presión económica que experimentan muchas familias españolas. La carga fiscal que implica sostener este tipo de políticas es motivo de preocupación para un sector de la sociedad que percibe un desequilibrio en las prioridades gubernamentales.
Para el ciudadano medio, destinar 50.000 euros por cada MENA puede parecer excesivo, especialmente cuando se compara con los recursos destinados a otros sectores clave. Como pudieran la educación, la sanidad o el apoyo a las familias locales en situación de vulnerabilidad.
El Parlamento de Navarra ha sido clave en la aprobación de esta resolución, impulsada por el grupo Contigo-Zurekin. No obstante, la resolución ha sido respaldada por una mayoría conformada por PSN, EH Bildu, Geroa Bai y el propio Contigo-Zurekin.
El Partido Popular de Navarra presentó una enmienda. En ella, se solicitaba que el Estado asumiera los gastos extraordinarios de las comunidades que ya han superado su capacidad de acogida.
Esta enmienda fue aceptada, lo que implica un reconocimiento de que algunas regiones están sobrepasadas económicamente. Sin embargo, esta propuesta no ha aliviado las tensiones sobre la cuestión de fondo. El coste elevado que implica la atención a estos menores y cómo se distribuyen esos gastos entre las diferentes administraciones.
VOX, por su parte, ha sido el único partido que se opuso rotundamente a la resolución. El partido argumenta que este tipo de políticas de acogida incentivan la inmigración irregular. Y que además, los recursos destinados a los MENAs deberían ser reasignados a los ciudadanos españoles.
Según su postura, el impacto financiero de la acogida de estos menores no acompañados es insostenible a largo plazo.
Críticas de la sociedad
Los críticos señalan que el gasto desproporcionado en la atención de estos menores no acompañados genera comparativo con otros sectores de la población. En un contexto de crisis económica, donde muchas familias luchan por llegar a fin de mes, 50.000 euros por menor pueden parecer un lujo insostenible.
Este debate no solo afecta a Navarra, sino que se extiende a todo el territorio español. Por lo que cada vez más comunidades denuncian estar al límite de su capacidad económica para afrontar la llegada constante de menores migrantes.
En resumen, la política de acogida de MENAs representa un desafío tanto en términos financieros como sociales. Aunque la protección de los menores vulnerables es un imperativo moral y legal, no puede ignorarse que estas políticas suponen una carga considerable. La cuestión de fondo reside en cómo gestionar de manera sostenible esta situación sin desatender las necesidades de los ciudadanos españoles.
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