
Catalá refuerza su liderazgo en Valencia pese a la crisis de Vox
Su capacidad para mantener el control del Ayuntamiento, incluso con dos concejales no adscritos, refuerza su liderazgo y consolida su posición frente a una oposición
La crisis interna de Vox en el Ayuntamiento de Valencia no ha debilitado la mayoría con la que gobierna María José Catalá (PP). A pesar de la ruptura de Juan Manuel Badenas y Cecilia Herrero con la formación de Abascal, ambos concejales han mantenido su respaldo a las propuestas del Partido Popular y de su antiguo partido, permitiendo a la alcaldesa sostener su control sobre el pleno municipal.
En el primer pleno tras la escisión, Badenas y Herrero se posicionaron como ediles no adscritos, alejándose físicamente de sus excompañeros, pero sin alterar el equilibrio de poder. Sus votos fueron clave para que la mayoría que sostenía a Catalá siguiera invariable, impidiendo que la oposición formada por PSOE y Compromís, con 16 concejales, lograra debilitar su gestión.
La decisión del PP de redistribuir la representación de Vox en las comisiones informativas, aprobada con el apoyo de los no adscritos, ha generado críticas de la oposición, que lo considera una “anomalía democrática”. No obstante, el Consell Jurídic Consultiu emitirá un informe definitivo sobre la legalidad de esta medida, lo que permite al gobierno municipal ganar tiempo.
El único punto en el que Badenas rompió con la línea del PP fue el debate sobre el nuevo estadio del Valencia CF. Su propuesta de rescindir los convenios urbanísticos con el club quedó en minoría, con el rechazo del PP y Vox y la abstención de la izquierda. Sin embargo, el PSOE logró aprobar su moción para exigir certificaciones mensuales de obra al club, gracias a una inusual alianza con PP, Vox y Compromís.
Mientras tanto, Catalá mantiene a Herrero en su gobierno, otorgándole plena confianza en sus funciones. Vox tampoco ha exigido su destitución, lo que refuerza el liderazgo de la alcaldesa y la estabilidad de su mandato en medio de las tensiones políticas.
Con esta situación, Catalá ha conseguido sortear la crisis interna de Vox sin que su gobierno se vea afectado. Su capacidad para mantener el control del Ayuntamiento, incluso con dos concejales no adscritos, refuerza su liderazgo y consolida su posición frente a una oposición que, pese a la oportunidad que representaba la ruptura de Vox, no ha logrado modificar el equilibrio de poder en Valencia.
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