La DANA deja ya 92 muertos en Valencia
Se decreta 3 días de luto oficial y declaran la zona altamente afectada por condiciones meteorológicas
La DANA ha dejado un saldo devastador en la provincia de Valencia, con 92 víctimas mortales confirmadas hasta el momento, en lo que se perfila como la peor catástrofe meteorológica en la historia de la Comunidad Valenciana. Las autoridades temen que el número de fallecidos supere el centenar, ya que hay muchos desaparecidos y las comunicaciones continúan caídas en varias áreas, dificultando la localización de personas.
Los municipios más afectados son Paiporta y Picanya, donde se han registrado la mayoría de las víctimas. En Paiporta, se ha establecido un puesto de mando para las labores de rescate, desde donde el Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEA) se desplaza para recuperar los cuerpos en las zonas aún inundadas.
Ante la magnitud de la tragedia, el Instituto de Medicina Legal de València activó anoche el protocolo de grandes catástrofes, que se pone en marcha cuando hay más de cinco víctimas mortales, para coordinar la gestión de los cuerpos.
hay que destacar el colapso de la Autovía de Torrent. Esta vía, situada sobre el Barranco del Poyo, cedió en la madrugada de hoy debido a la fuerza del caudal desbordado, que afectó las pilastras de la estructura y provocó su derrumbe. La situación se tornó crítica alrededor de las seis de la mañana, momento en que el desbordamiento sorprendió a decenas de conductores que transitaban por la autovía.
Los testigos relatan cómo se vieron obligados a permanecer en sus vehículos o a refugiarse en casas de familiares y en puntos de apoyo habilitados por el Ayuntamiento de Valencia. En medio de la emergencia, la Cruz Roja fue la única organización que logró acceder a la zona para prestar ayuda, mientras los propios conductores organizaron evacuaciones improvisadas, colaborando entre ellos para ponerse a salvo.
La magnitud del colapso en la autovía ha dejado numerosos vehículos atrapados en sentido Torrent, generando un efecto en cadena que se ha extendido hasta Picanya. La situación refleja la vulnerabilidad de las infraestructuras ante fenómenos meteorológicos extremos y pone en evidencia la urgencia de reforzar tanto los sistemas de prevención como la capacidad de respuesta ante situaciones de esta naturaleza.
Las autoridades continúan trabajando en la zona para restablecer la seguridad y liberar las vías afectadas, pero el desastre ha dejado un profundo impacto en la región y ha generado un llamado de atención sobre la necesidad de una planificación urbana y de infraestructuras más resiliente y preparada para enfrentar eventos climáticos de alta intensidad.
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