
El apagón expone la politización y la influencia del PSOE en las empresas públicas
El consejo de administración de Redeia tiene doce miembros, de los cuales seis están ligados históricamente al PSOE
Un apagón dejó sin luz a millones el lunes, paralizando infraestructuras críticas y generando dudas sobre la gestión de Redeia.
El colapso energético afectó a hospitales, aeropuertos y servicios de emergencia en buena parte de la península ibérica. En lugar de asumir responsabilidades, Pedro Sánchez calificó a Redeia como “operador privado”, evitando rendir cuentas.
Esa afirmación, aunque legalmente viable, ignora que el Estado posee un 20 % de Redeia a través de la sociedad pública SEPI. Redeia está en el Ibex 35, pero su dependencia política y la colocación de afines la alejan de una gestión puramente privada.
El consejo de administración de Redeia tiene doce miembros, de los cuales seis están ligados históricamente al PSOE. Beatriz Corredor, presidenta, fue ministra de Vivienda de Zapatero y figura clave en el círculo de confianza de Sánchez.

Ricardo García, otro consejero, fue director de AEMET y miembro del consejo asesor ecológico del PSOE junto a Ribera. José Juan Ruiz trabajó con Felipe González y fue asesor económico con Calviño, demostrando su afinidad socialista.
También está Marcos Vaquer, ligado al caso de la “caja B” del PSOE valenciano y a la etapa de Corredor como ministra. Elisenda Malaret representa la cuota del PSC: fue diputada socialista y miembro del Consejo Audiovisual de Cataluña.

Esther Rituerto, pese a venir del PP, fue recuperada en 2022 por Corredor para representar al Gobierno en Redeia. El apagón ha evidenciado que Redeia no es neutral, sino parte de la estrategia de Sánchez para colonizar las instituciones.
El presidente ha ido colocando afines en puestos clave desde su llegada al poder, como ha hecho también en Telefónica. En esa compañía, Sánchez maniobró para sustituir a Álvarez-Pallete por Marc Murtra, próximo al socialismo catalán.
De las 21 empresas donde SEPI tiene más del 5 % del capital, solo tres no están presididas por personas cercanas al PSOE. La politización de empresas públicas bajo Sánchez ha alcanzado niveles sin precedentes, según denuncian analistas.
Expertos advierten que este tipo de control deteriora la eficiencia y la independencia de las instituciones estratégicas. El apagón, lejos de ser un hecho aislado, ha sido un síntoma de la fragilidad institucional creada por la colonización política.
La gestión de la crisis fue caótica, sin explicaciones técnicas claras ni comparecencias de altos cargos del Gobierno. Mientras tanto, desde Moncloa se intentó culpar al cambio climático y a las renovables del colapso eléctrico.
La ministra Aagesen tildó de “simplista” culpar a las energías limpias, eludiendo así responsabilidades del Ejecutivo. Lo cierto es que la red sufrió una pérdida súbita de generación en el suroeste, aún sin causa oficialmente determinada.
Red Eléctrica reconoció que el sistema perdió más del 60 % de producción en solo cinco segundos, algo inédito. Técnicos del sector sostienen que la falta de planificación y control del sistema ha debilitado la seguridad energética.
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