
Albares ignora a Israel en plena guerra y se posiciona con Irán
España activa una ofensiva diplomática urgente mientras crece el temor a un conflicto regional tras el cruce de misiles
José Manuel Albares ha activado todos los canales diplomáticos. El ministro de Asuntos Exteriores ha mantenido una conversación clave con su homólogo iraní.
Abbas Araqchi ha sido el interlocutor de Irán tras el último cruce de ataques entre Tel Aviv y Teherán. La preocupación es máxima en el Gobierno.
El objetivo de la llamada: rebajar la tensión y proteger a los españoles en la zona. La conversación se ha centrado en dos frentes.
Por un lado, la creciente escalada entre Israel e Irán. Por otro, la seguridad del personal diplomático español y de los ciudadanos residentes en el país persa.
“España trabaja por la contención y la desescalada”, ha señalado Albares en redes sociales. El mensaje es claro: diplomacia, no guerra.
España, puente de diálogo
La operación militar lanzada por Israel ha cambiado el equilibrio en Oriente Próximo. El ataque fue respondido por Irán con una batería de misiles y drones.
El conflicto ha llegado a un punto crítico. El temor a una guerra abierta se extiende por toda la región.
Ante este contexto, Albares ha contactado también con otros países clave. Ha hablado con los ministros de Exteriores de Arabia Saudí, Egipto, Líbano, Jordania y Palestina. Todos ellos actores esenciales en cualquier intento de pacificación.
España quiere actuar como mediador. El Gobierno insiste en que la vía diplomática debe imponerse. “La negociación es el camino”, ha afirmado el titular de Exteriores.
En paralelo, el Ejecutivo emitió un comunicado en el que condenó la nueva “escalada militar en Oriente Medio”. El documento pide “contención a las partes” y un “cese inmediato de la violencia”. La prioridad es evitar una guerra regional que afecte a millones de personas.
El peligro para ciudadanos españoles
La preocupación del Gobierno no es solo política. También hay una dimensión humanitaria. Albares ha trasladado a Araqchi su inquietud por la seguridad del personal diplomático.
Las embajadas en zonas de conflicto son objetivos sensibles. La situación exige una vigilancia constante.
Además, hay ciudadanos españoles residiendo en Irán. Algunos por motivos laborales. Otros, por relaciones familiares o personales.

El Ministerio de Exteriores sigue su situación de cerca. Se estudian posibles planes de evacuación, aunque no hay decisión tomada aún.
España ya ha activado canales de cooperación con sus socios europeos. La Unión Europea ha sido informada de todos los pasos dados.
El objetivo común es frenar el deterioro de la situación. La prioridad, según Albares, es la estabilidad.
“No podemos permitir que Oriente Medio entre en una guerra total”, ha declarado. La frase resume el sentir del Ejecutivo. Israel e Irán están jugando con fuego y las consecuencias pueden ser devastadoras.
En las próximas horas, el ministro podría ampliar los contactos. Se espera que hable con representantes de Estados Unidos y la ONU. La diplomacia española busca sumar apoyos, la paz no puede depender solo de los actores implicados.
Mientras tanto, la tensión sigue creciendo en la región. El temor a nuevos ataques es real. Y la comunidad internacional, por ahora, solo puede apelar al diálogo.
Albares insiste: “Oriente Medio necesita paz y estabilidad”. España, en medio del conflicto, intenta cumplir ese papel.
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