
AEMET admite ahora que sí dijo a Mazón que la Dana se iba al norte
La agencia de meteorología ha estado 10 meses negando que trasladara al Gobierno valenciano que el temporal se iba a desplazar hacia la serranía de Cuenca
La filtración de un informe judicial reabre la polémica
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) se encuentra en el centro de la polémica tras conocerse que, el 29 de octubre, durante las horas críticas de la DANA. Informó internamente a la Generalitat Valenciana de que el temporal tendería hacia la Serranía de Cuenca.
La revelación procede de un informe de la Subdirección de Emergencias presentado ante el juzgado que investiga la gestión de la catástrofe. Murieron más de 220 personas en la Comunitat Valenciana.
El documento recoge varias llamadas realizadas por técnicos de AEMET a la Generalitat. A las 9:43 de la mañana ya se advertía de que la DANA “tiraba más hacia el interior”. Posteriormente, a las 11:26 y a las 16:16, se insistía en que el episodio más intenso se produciría en la Serranía de Cuenca entre las 18:00 y las 21:00 horas.
Ese mismo día, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, transmitió públicamente en redes sociales que la evolución del temporal se dirigía hacia Cuenca. Horas más tarde, borró ese mensaje, coincidiendo con el inicio de los devastadores efectos en la provincia de Valencia. La contradicción entre lo comunicado a la ciudadanía y lo transmitido en privado a las autoridades regionales ha reabierto el debate.
En paralelo, la propia AEMET ha salido al paso asegurando que no emitió ningún comunicado oficial en el que se trasladara esa previsión. Según explicó José Ángel Núñez, jefe de Climatología en la Comunitat Valenciana.
Las conversaciones mantenidas con la Generalitat formaban parte de la coordinación habitual en emergencias, pero no representaban una comunicación institucional. En sus palabras, se trataba de una actualización técnica de modelos, no de una predicción pública definitiva.
Este matiz es crucial, ya que supone que mientras los responsables recibían información sobre un posible desplazamiento hacia Cuenca, la población permanecía bajo una percepción distinta de riesgo.
El contraste entre lo que se transmitió internamente y lo que se comunicó públicamente es ahora objeto de críticas. Para muchos expertos, esta divergencia generó un efecto de relajación en municipios valencianos que, pocas horas después, sufrieron las peores consecuencias de la riada. El informe judicial apunta a que esa diferencia pudo tener impacto en la capacidad de reacción de los servicios de emergencia y de la ciudadanía.
La Generalitat, a través de su Subdirección de Emergencias, ha reconocido que recibió las llamadas y trasladó la información a sus canales internos. Sin embargo, el desastre se produjo en Valencia, no en Cuenca, lo que alimenta las críticas sobre si hubo un exceso de confianza. Los servicios de rescate insisten en que la intensidad del temporal superó cualquier previsión disponible en ese momento.
La investigación abierta tras la tragedia estudia no solo las actuaciones de AEMET, sino también la gestión del Consell y de los organismos de emergencias. El debate político se ha encendido: la oposición acusa a Mazón de “minimizar la alarma” con mensajes confusos, mientras que el Gobierno central defiende a la agencia meteorológica.
Lo cierto es que la tragedia de la DANA ha revelado una fractura entre ciencia, política y comunicación institucional. La Justicia será ahora la encargada de dilucidar responsabilidades y de esclarecer si la diferencia entre lo que se sabía internamente.
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