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Hombre con gafas y traje azul sentado frente a un micrófono con las manos juntas en actitud pensativa y una bandera de España al fondo, con un recuadro circular que muestra a otro hombre mayor de cabello canoso y traje.
POLÍTICA

La advertencia del juez Peinado aterra al Gobierno: podría registrar la Moncloa

El magistrado Juan Carlos Peinado podría ordenar el registro de La Moncloa por la presunta vinculación de Bolaños en el 'caso Begoña'

El juez Juan Carlos Peinado, que lidera la investigación sobre Begoña Gómez,  esposa del presidente Pedro Sánchez, ha solicitado al Tribunal Supremo investigar al ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Esto, por presuntos delitos de malversación y falso testimonio.

Un punto clave de esta solicitud es la posibilidad de registrar las dependencias de La Moncloa. Una medida que ha generado gran controversia y que podría marcar un hito en el caso.

El magistrado sospecha que en La Moncloa se habrían utilizado  recursos públicos para actividades privadas de Begoña Gómez, especialmente a través de la contratación de Cristina Álvarez como asesora. Según Peinado, esta contratación, en la que Bolaños habría tenido un rol directo, podría constituir un delito de malversación.

Hombre con gafas y traje hablando frente a un micrófono con fondo de escaleras rojas

Para esclarecer estos hechos, el juez ha insinuado la necesidad de registrar las oficinas de Moncloa. Una acción que buscaría obtener pruebas sobre el uso de fondos públicos y el trabajo realizado por Álvarez.

La posibilidad de un registro en La Moncloa ha desatado un intenso debate. El registro de la sede presidencial sería un hecho sin precedentes, lo que añade tensión al caso.

Fuentes del Gobierno han respondido con serenidad, asegurando que no hay irregularidades en la contratación de la asesora y que estas figuras  son habituales en  Moncloa. Durante su declaración en abril, Bolaños defendió la legalidad de las actuaciones,  aunque el juez consideró sus respuestas evasivas, lo que motivó la acusación de falso testimonio.

El Tribunal Supremo deberá ahora decidir si autoriza la investigación contra Bolaños y si avala un eventual registro en La Moncloa. Este movimiento intensifica la presión sobre el Ejecutivo y promete mantener el caso en el centro del debate político.

El motivo por el que Peinado ha estallado con una brutal crítica contra Bolaños

El juez Juan Carlos Peinado, titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid, ha reprendido con dureza al ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. Esto, por presuntamente mentir bajo juramento durante una declaración judicial.

Este hecho, según el magistrado, resulta especialmente grave debido al cargo de Bolaños como notario mayor del Reino. Una figura histórica que tiene la responsabilidad de garantizar la veracidad de los actos públicos del Estado. El caso, relacionado con la investigación sobre la actividad profesional de Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, ha generado un fuerte revuelo político.

El juez Peinado ha elevado una exposición razonada al Tribunal Supremo solicitando que se investigue a Bolaños por posibles delitos de malversación y falso testimonio.

Un hombre con gafas y traje azul oscuro está de pie en un entorno formal.

En su declaración del 16 de abril, según el magistrado, Bolaños no habría respondido con la verdad a las preguntas formuladas. Lo que constituye una falta grave, especialmente por su rol como máximo custodio de la fe pública. Peinado calificó esta situación como un  “paradigma de un oxímoron”, destacando la contradicción de que el notario mayor del Reino incurra en un acto de deshonestidad en sede judicial.

La investigación se centra en la contratación de Cristina Álvarez, asistente de Begoña Gómez, y en posibles irregularidades en su nombramiento. Durante el interrogatorio en el Palacio de la Moncloa, Peinado reprochó a Bolaños sus respuestas evasivas y llegó a interrumpir la declaración para exigirle que proporcionara datos concretos.

En un momento de tensión, el juez incluso cuestionó una sonrisa de Bolaños, interpretándola como una falta de seriedad. El ministro, por su parte, expresó su sorpresa ante el tono del interrogatorio, lo que incrementó la fricción entre ambos.

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