
El Régimen del Sanchismo descompuesto: Corrupción, Mentiras y Supervivencia Venezolana
La opinión de Javier García Isac de hoy, lunes 23 de junio de 2025
Pedro Sánchez no gobierna: resiste. No comparece: se victimiza. No da explicaciones: culpa a los demás. Lo hemos comprobado esta semana con una intensidad sin precedentes. En apenas siete días, se ha destapado lo que ya era un clamor: el PSOE está podrido hasta la médula, convertido en una organización mafiosa, un partido sin ética ni escrúpulos dispuesto a sacrificarlo todo –instituciones, leyes, incluso la convivencia civil– con tal de mantener a Sánchez en el poder.
Ni las pruebas de la UCO, ni las conversaciones de Santos Cerdán sobre comisiones, ni el intento de encubrimiento del caso Ábalos, ni los audios filtrados de Red Eléctrica, ni las mentiras sobre el apagón, ni los indicios de financiación ilegal, ni el reparto de mordidas a través de intermediarios como Koldo y Víctor de Aldama, han servido para provocar la caída de este gobierno. Al contrario. La consigna es aguantar. Y el mensaje del sanchismo es claro: “O yo, o el caos”. Pero lo que está ocurriendo es que él es el caos.
Comparecencias delirantes y vergonzosas
La semana comenzó con una rueda de prensa surrealista. Sánchez, en lugar de dimitir o dar paso a una moción de confianza, se limitó a pedir “perdón”, sin asumir ninguna responsabilidad. Como si pedir perdón lavara las manos de quien lleva años ensuciándolas. Dijo que no sabía nada, como si el partido funcionara a sus espaldas, como si Santos Cerdán –el número dos del PSOE– operara por libre.
Una comparecencia delirante que concluyó con una frase que define el estado mental del personaje: “son las cinco y no he comido”. Una frase más propia de un sketch de humor negro que del presidente de una nación en medio de un escándalo de corrupción estructural.
La máquina del barro era el propio PSOE
Mientras Sánchez señala a la oposición, a los jueces y a los medios libres, la verdad emerge desde las propias cloacas del poder. El informe de la Guardia Civil es contundente: organización criminal, cobro de comisiones, desvío de fondos y uso partidista de instituciones del Estado. En el centro de la trama: Santos Cerdán, ese personaje turbio que, según los audios, negociaba adjudicaciones, ofrecía favores ministeriales y trataba de comprar el silencio de Ábalos con abogados y puestos en consultoras.
¿Y qué hace el PSOE? Emite un comunicado diciendo que “Santos Cerdán no ha recibido ninguna comisión”. Ni lo niegan de forma creíble, solo lo apartan del cargo. Lo protegen, lo blanquean. Tal vez porque no pedía dinero para él, sino para financiar al partido. Es el "modelo Filesa" reeditado con rostro caribeño y manos manchadas de euros públicos.
Mentiras energéticas y apagones encubiertos
El lunes 28 de abril se produjo un apagón masivo. Sánchez y Beatriz Corredor, presidente de Red Eléctrica, mintieron desde el primer minuto. Lo intuíamos entonces. Lo sabemos ahora. Los audios filtrados esta semana confirman que semanas antes ya se había advertido de la inestabilidad de la red, de la sobreproducción solar y de la baja cobertura de las centrales convencionales.
Corredor, fanática del clima y del dogma verde, despreció los avisos técnicos. Cuando se produjo el apagón, lo negaron. Ahora, ante la filtración de audios, el gobierno busca un pacto de silencio con las eléctricas. Ocultar la verdad, tapar las vergüenzas, convertir la incompetencia en doctrina.
Una carta a la militancia que clama al guerracivilismo
El martes pasado, Sánchez se superó a sí mismo. Escribió una carta a la militancia afirmando que “no hemos venido a ocupar sillones”. ¿Entonces para qué están? ¿Para enriquecerse? ¿Para destruir la nación? ¿Para forzar desde el poder una causa personal y sectaria? La carta no es una reflexión. Es un panfleto de guerra, un llamamiento al enfrentamiento civil. El viejo “no pasarán” adaptado a los tiempos del Falcon y la corrupción digitalizada.
La misiva es una amenaza velada: o se les deja hacer, o activan el ventilador del odio. Es el lenguaje del Frente Popular vestido de progreso y democracia. Pero detrás de las palabras huecas está el rostro autoritario del sanchismo: el que insulta, divide, amordaza y corrompe.
La prensa colaboracionista: sin ellos, nada de esto habría sido posible
Pero si hay algo más repugnante que la corrupción es el periodismo prostituido. Los Javier Ruiz, Intxaurrondo, Cintora, Ana Pardo de Vera, el grupo PRISA, la APM, todos ellos han sido cómplices necesarios. Sin ellos, el caso Koldo, el caso Cerdán y el caso Ábalos habrían estallado mucho antes. Sin ellos, no habría “máquina del fango”, sino prensa libre. Pero prefirieron los sobres, los enchufes, los editoriales únicos y la obediencia ciega al régimen.
Llamaron “pseudomedios” a los que investigábamos. Nos insultaron en ruedas de prensa. Se levantaban cuando un periodista libre pedía la palabra. Eran los portavoces encubiertos del poder. La infamia con micrófono y nómina pública.
O Sánchez cae, o España se arruina
Este no es el “caso Sánchez”. Este es el “caso PSOE”. Es el “caso gobierno de España”. Porque lo que está en cuestión no es sólo la figura del presidente, sino todo un entramado institucional secuestrado por una mafia de partido. Un sistema paralelo de chantajes, favores, mentiras, malversaciones, censura y amenazas. Un ecosistema podrido que se protege a sí mismo mientras culpa a los demás.
Sánchez no se irá por voluntad propia. Sólo caerá si lo derribamos con la fuerza de la verdad, la ley y la voluntad popular. Este régimen no merece tregua, ni respeto, ni diálogo. Merece ser desenmascarado, juzgado y expulsado. Porque el sanchismo es ya una amenaza real para la democracia, la libertad y la unidad de España.
Más noticias: