China pide diálogo a la UE ante los aranceles a sus coches eléctricos
La entrada en vigor provisional ha provocado una investigación 'antidumping' por parte de Pekín contra el cerdo europeo
China ha solicitado que las fricciones comerciales con la Unión Europea se aborden mediante el diálogo y la consulta. Esta petición coincide con la entrada en vigor provisional de la subida de los aranceles comunitarios a los coches eléctricos chinos. Una medida que ha provocado una investigación 'antidumping' por parte de Pekín contra la carne de cerdo procedente de Europa
La investigación de Pekin afecta especialmente a España y podría extenderse a productos lácteos europeos. El portavoz chino, He Yadong, reiteró la "oposición" de su país a la investigación por competencia desleal iniciada por Bruselas. Esta investigación preliminar concluyó que los vehículos eléctricos chinos están ilegalmente subvencionados.
Y que estos coches perjudican a los fabricantes europeos, lo que desembocó en la subida de los aranceles. El ministro de Comercio y el comisario europeo de Comercio, Valdis Dombrovskis, acordaron en junio abrir consultas.
"Con un período de cuatro meses hasta la decisión final, hay un sentido de urgencia compartido para avanzar en las negociaciones", señaló He Yadong. Añadió que espera que ambas partes "avancen en la misma dirección y muestren su sinceridad. Para impulsar el proceso de consultas y llegar lo antes posible a una solución".
La respuesta de China a Europa
En respuesta a los aranceles de la UE, China han iniciado una investigación 'antidumping' contra ciertas importaciones de carne de cerdo de la UE. La prensa oficial china también ha mencionado la posibilidad de aumentar las tasas a la importación de vehículos de gran cilindrada.
Los aranceles provisionales anunciados por Bruselas sobre los vehículos eléctricos chinos entrarán en vigor hoy, pero no serán definitivos hasta noviembre. Pekín espera que la UE reconsidere esta medida y retire los aranceles antes de que se vuelvan permanentes. Mientras tanto, China ha intensificado su presión comercial sobre la UE.
Toda esta guerra comercial puede acabar repercutiendo muy negativamente en los precios de los coches eléctricos en España. Y puede afectar también a los fabricantes europeos que producen en China, como BMW.
Además, podría repercutir negativamente en los planes de varias fábricas chinas de establecer líneas de producción en Europa. Varios países europeos ya están pugnando por ser los elegidos para instalar estas plantas.
Resta saber si la pugna entre los países europeos por la industria automovilística china entra dentro de los planes de Bruselas. O si, realmente, se trata de un efecto colateral. Los estados europeos quieren proteger sus industrias.
Sin embargo, son conscientes del enorme potencial de Pekín en la transición verde. Y parece que están decididos a optar por un pragmatismo que sirve de puerta de entrada para los fabricantes chinos de coches eléctricos.
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