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Chico Ibáñez Serrador aparece junto al logotipo rojo de "Un, dos, tres... Responda otra vez".
CORAZÓN

Trabajó en ‘Un, dos, tres’ y ahora acusa a Chicho Ibáñez Serrador: ‘Te torturaba’

Marta de Pablo, una de sus primeras azafatas de ‘Un, dos, tres’ rompe su silencio y revela el lado oscuro del programa


“Chicho te torturaba, te castigaba y te quería humillar”. Con estas duras palabras, Marta de Pablo, una de las primeras azafatas del mítico concurso Un, dos, tres, ha sacado a la luz la cara más oscura de Chicho Ibáñez Serrador. En una intervención en TardeAR, la exazafata ofreció un testimonio demoledor que arroja una nueva mirada sobre los entresijos de uno de los programas más populares de la historia en España.

El icónico concurso, que llegó a reunir a más de 23 millones de espectadores cada viernes, es hoy recordado por su ingenio y espectacularidad. Pero, ¿qué se escondía detrás del glamour y las risas del plató? ¿Hasta qué punto la fama eclipsó los sacrificios de quienes hicieron eso posible?

Mayra Gómez Kemp sonriente con un vestido rosa en el plató del Un, dos, tres, con público al fondo.

Marta de Pablo, azafata de Un, dos, tres acusa directamente al director, Chicho Ibáñez Serrador

Un, dos, tres no fue solo un programa de entretenimiento. Se convirtió en un fenómeno cultural que marcó generaciones, impulsó carreras y definió una era televisiva. Bajo la batuta de Chicho Ibáñez Serrador, el concurso revolucionó la pequeña pantalla con una fórmula innovadora: humor, espectáculo y mujeres jóvenes convertidas en azafatas.

Algunas de estas jóvenes, como Marta de Pablo, fueron seleccionadas siendo aún menores de edad. Marta llegó desde su ciudad natal a Madrid con tan solo 17 años. Fue entonces cuando empezó a formar parte del equipo del programa y, sin saberlo, a vivir una experiencia que marcaría su vida para siempre.

Con el tiempo, muchas de aquellas azafatas han reconocido que la fama tenía un precio. Según Marta, ese precio era alto: “Fui la mejor actriz del mundo, porque siempre sonreía. Pero al salir del plató lloraba como una magdalena”, confesó con una sinceridad sobrecogedora.

Marta de Pablo con coleta y chaqueta azul aparece en un programa de televisión llamado

La versión que Marta ofrece sobre su paso por el programa dista mucho de la imagen idílica que se proyectó de Un, dos, tres. Su relato retrata a Chicho Ibáñez Serrador como un hombre con una personalidad absorbente y autoritaria.

Según explica, el director llegó a obsesionarse con ella: “El problema que tuve con él es que se enamoró con locura de mí. Se llegó a plantar debajo de mi casa con billetes de avión diciendo que se quería fugar conmigo. Era muy habitual”, reveló ante una atónita audiencia.

Lejos de limitarse a ese episodio, Marta amplió su testimonio al describir el trato que recibían las azafatas. “Chicho te torturaba, te castigaba y te quería humillar, hasta el punto de no saber cómo hacerte daño”, sentenció.

Chicho Ibáñez sostiene una escultura mientras viste un suéter rojo.

La presión era constante, con ensayos extenuantes, coreografías milimétricamente preparadas que luego eran descartadas sin previo aviso. “Te hacía preparar números musicales muy complicados. Al llegar a la grabación decía que no entraba y te ponía atrás del todo, te humillaba”, recordó.

Además, describió como Chicho alternaba entre el halago y el desprecio. “Él elegía a cada una de las azafatas, te quería mucho y te cuidaba, pero luego te maltrataba. Solo buscaba dos reacciones en la gente: alegría o miedo”, aseguró.

Otras azafatas destapan los secretos detrás de las cámaras del programa

Aunque el testimonio de Marta ha sido uno de los más contundentes, no es el único. Otras antiguas colaboradoras del programa también han compartido sus vivencias, aunque algunas prefieren hacerlo desde el anonimato.

Una de ellas, en declaraciones a la revista Lecturas, reveló que entre las azafatas circulaba un consejo claro. “Cuando íbamos a grabaciones fuera o a bolos, nunca dormíamos solas. Siempre compartíamos habitación con otra compañera, porque algunas habían recibido visitas inesperadas por la noche”, aseguró la fuente.

Silvia Marsó, Isabel Serrano y Nina, azafatas del 'Un, dos, tres...' en 1987.

Esta práctica de autoprotección muestra hasta qué punto las jóvenes eran conscientes del ambiente que las rodeaba. La mayoría comenzó en el programa siendo menores de edad, un dato que hoy resuena con mayor preocupación. Además, abre el debate sobre los límites de poder y protección en el entorno laboral del espectáculo.

La figura de Chicho Ibáñez Serrador, aplaudido como visionario y pionero de la televisión en España, no deja de generar controversia. Su legado artístico es incuestionable, pero ahora, con testimonios como el de Marta, se empieza a revisar bajo un punto de vista distinto.

El testimonio de Marta de Pablo ha abierto un necesario debate sobre lo que realmente sucedía tras el telón de Un, dos, tres. Sus palabras, junto con el de otras azafatas, ha puesto el foco sobre el trato que recibieron muchas jóvenes por parte de Chicho Ibáñez Serrador. ¿Cambiará esta nueva mirada la forma en que la historia recuerda a uno de los grandes iconos de la televisión?

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