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La infanta Elena con sombrero de paja y expresión seria está en primer plano mientras un emoji sorprendido flota a su lado.
CORAZÓN

Sorpresa en la Familia Real tras confirmarse el secreto a voces de la infanta Elena

Un rumor que circulaba desde hace tiempo en torno a la hermana de Felipe VI ha sido confirmado ahora

La Familia Real se ha llevado la sorpresa de que la infanta Elena ha confirmado indirectamente el secreto a voces que circulaba sobre ella. Nos estamos refiriendo a su mala relación con su exmarido, Jaime de Marichalar.

Si se ha confirmado es porque ambos han acudido a un mismo funeral y sus comportamientos han evidenciado que no quieren verse. De ahí que han hecho todo lo posible por no coincidir, ni a la entrada ni a la salida.

Jaime de Marichalar y la infanta Elena juntos vestidos de negro

Confirmado lo que se sospechaba de la infanta Elena

Desde que la infanta Elena y Jaime de Marichalar anunciaron un cese temporal de la convivencia, que acabó en divorcio en 2009, ha circulado un secreto a voces sobre ellos. Concretamente, que no acabaron bien y que no quieren ni verse ni hablarse.

Y esto ahora, para sorpresa de la Familia Real, ha sido ratificado. Sí, por lo que ha ocurrido en el funeral de la empresaria Paloma Eulate, celebrado en la iglesia de San Agustín, en El Viso. Y es que ambos han acudido a dicha cita, pero han hecho todo lo posible para no coincidir.

La infanta Elena con gafas de sol y cabello largo camina por una calle, vestida con un traje oscuro y una camisa de lunares, mientras un motociclista pasa por detrás.

Según han revelado varios medios, ambos organizaron su llegada y salida al acto religioso, de forma que no coincidieran ni un solo segundo. Y es que ni la infanta, que está detrás de las demandas interpuestas por su padre, ni Jaime querían estar cara a cara bajo ningún concepto.

Este gesto ha sorprendido incluso posiblemente a la propia Familia Real, que considera que, tras tantos años de separación, podría haberse alcanzado una relación más relajada y cordial. Sin embargo, todo parece indicar que no solo no hay acercamiento, sino que la tensión entre ambos ha aumentado con el paso de los años.

Jaime de Marichalar con gafas de sol y bastón camina por la calle, vistiendo un abrigo marrón y corbata azul, con un edificio de ladrillo de fondo y varias personas y un coche blanco detrás.

La tensión entre la infanta Elena y su exmarido

Esta mala relación ha sido constante desde su ruptura y no han conseguido nunca limar asperezas. Es más, estas han ido en aumento, según se ha publicado en diferentes medios, porque tampoco se ponen de acuerdo en lo que respecta a sus hijos, Froilán y Victoria Federica.

Los jóvenes, aunque alejados de las obligaciones institucionales de la Corona, han ganado una notoriedad mediática notable en los últimos años. Apariciones en revistas, asistencia a eventos públicos, fiestas y programas de televisión los han convertido en figuras habituales del papel couché.

Y aquí es donde vuelve a hacerse evidente la distancia entre sus progenitores. Según fuentes cercanas, la infanta Elena mantiene una postura mucho más estricta y conservadora respecto al comportamiento y la imagen pública de aquellos. Considera que deben mantener un perfil discreto y que su papel no debe estar vinculado al espectáculo ni al sensacionalismo.

Jaime de Marichalar, que tampoco se habla con Iñaki Urdangarin, se ha mostrado mucho más permisivo. Apoya con naturalidad, por ejemplo, el crecimiento mediático de Victoria Federica, quien incluso participó recientemente en el programa El Desafío. Para él, sus hijos tienen derecho a decidir sus vidas, y no ve problema en que se relacionen con el mundo del espectáculo.

Dos personas en una imagen dividida, una a la izquierda con barba y cabello canoso, vistiendo un abrigo oscuro y bufanda, y otra a la derecha con cabello largo y oscuro, vistiendo un traje formal sobre un fondo azul.

Estas diferencias en la visión educativa han alimentado las tensiones entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar, impidiendo que se produzca cualquier intento de acercamiento. Además, el paso del tiempo no ha curado heridas, y la comunicación entre ellos, según se ha publicado, es mínima y puramente funcional.

Este distanciamiento afecta a sus vidas privadas. Y tiene también impacto en los compromisos públicos donde podrían coincidir, como ha quedado demostrado en el mencionado funeral. Lo que podría haber sido una ocasión para mostrar una imagen de respeto, se ha convertido en un nuevo episodio que evidencia una ruptura total.

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