
Silencio absoluto tras la confesión de Antonio Banderas y su hermano Javier en Málaga
El actor se emociona en Málaga tras una revelación junto a su hermano Javier respecto a la Semana Santa
Antonio Banderas ha vuelto a convertirse en protagonista indiscutible de la Semana Santa de Málaga. Fiel a su cita, el actor desfiló el Domingo de Ramos como mayordomo del trono de Lágrimas y Favores, acompañado por su hermano Javier. Pero fue su confesión pública lo que acaparó todas las miradas y provocó un silencio absoluto en plena celebración.
En un momento cargado de simbolismo, Banderas compartió unas palabras tan personales como contundentes. Entre túnicas, incienso y fervor popular, el actor dejó claro que su vínculo con esta tradición va mucho más allá de lo religioso. "Yo siempre le llamo a la Semana Santa las tres 'S', la Semana Santa Solidaria", explicó.

La confesión de Antonio Banderas durante la procesión del Domingo de Ramos
Tras un 2024 marcado por la lluvia, que obligó a cancelar la procesión, la expectación por ver a Antonio Banderas era máxima. Su regreso simbolizaba la continuidad de una tradición profundamente arraigada. Aunque, también significaba una renovación de su compromiso con Málaga, con su gente y con los valores que defiende desde su Fundación Lágrimas y Favores.
La procesión del Domingo de Ramos no solo fue una de las más esperadas por el fervor cofrade, sino también por el discurso que Antonio Banderas ofreció ante los medios. Con la voz entrecortada y visiblemente emocionado, se sinceró sobre lo que representa esta celebración para él.
"La verdadera ilusión es la Fundación. Que es la que trabaja todo el año y creo que presta un servicio muy bonito a la sociedad, ¿no? A la que le pedimos el espacio público una vez al año. Para mí eso es lo más importante, la Fundación Lágrimas y Favores", expresó.
Esta confesión evidencia un enfoque profundamente humano. El actor se distancia del folclore superficial y reivindica una Semana Santa con compromiso real, visible y constante. Para él, la Fundación es el alma de esta cita, y todo lo demás solo cobra sentido si se vincula a esa labor social.

Antonio Banderas concluyó su reflexión con una frase que resonó entre los asistentes: "Esa es la Semana Santa del Siglo XXI, no hay otra". Con esta sentencia, el actor resume una visión renovada de la tradición.
Para él, no basta con mirar el esplendor de los pasos procesionales. Es necesario preguntarse qué hay detrás, qué se hace durante el resto del año, y cómo se puede transformar la devoción en impacto real.
Desde su perspectiva, la Semana Santa es un medio para reunir, emocionar, pero también para actuar. La Fundación Lágrimas y Favores representa ese puente entre lo simbólico y lo práctico, entre la espiritualidad y la ayuda concreta. En tiempos donde las instituciones públicas no siempre alcanzan a cubrir todas las necesidades, su mensaje cobra más valor: "Hay que arrimar el hombro".
Javier Banderas, el apoyo de Antonio Banderas durante la procesión de Málaga
Javier Banderas no es una figura mediática habitual, pero su presencia cada año junto a su hermano es mucho más que simbólica. Juntos, participan en la organización, en la logística de la procesión y en los eventos previos, formando un tándem que transmite cohesión y propósito compartido.
Lejos de buscar protagonismo, Javier representa ese apoyo familiar esencial para sostener los valores que Antonio proyecta públicamente. En esta edición, su complicidad volvió a ser evidente. Mientras Antonio alzaba la voz en favor de la solidaridad, Javier respondía con gestos, acompañamiento y discreción.

Un ejemplo de cómo los vínculos familiares pueden reforzar causas mayores, y cómo el cariño fraterno se convierte en acción conjunta. Una imagen poderosa, cargada de verdad y autenticidad, que no necesita artificios.
Es indudable que Antonio Banderas, junto a su hermano Javier, ha vuelto a dejar una huella imborrable en la Semana Santa de Málaga. Su mensaje de compromiso, fe transformada en solidaridad y amor por su tierra, trasciende el espectáculo visual y conecta con lo esencial. ¿Será esta la semilla de un nuevo enfoque para las cofradías?
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