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Primer plano de Juan del Val con un pueblo blanco y montañas al fondo, el cual es Cazorla (Jaén).
CORAZÓN

El pueblo protegido de Jaén donde creció Juan del Val: pequeño, rural e impresionante

Sorihuela del Guadalimar marcó la infancia de Juan del Val entre veranos felices y recuerdos imborrables

El escritor Juan del Val, guarda un vínculo muy especial con Sorihuela del Guadalimar, el pueblo jienense donde transcurrieron muchos de sus veranos infantiles. Aunque nació en Madrid en 1970, parte de su niñez la vivió en este pequeño enclave rural, rodeado de naturaleza, tradición y figuras clave de su historia personal.

Hoy, ese mismo pueblo vuelve a cobrar protagonismo gracias a las emotivas palabras con las que Juan del Val lo rememoró en redes sociales. ¿Qué tiene este lugar protegido de Jaén que lo hace tan significativo para él y tan interesante para los demás?

Un hombre con barba y cabello oscuro está sentado en un estudio de televisión, lleva un suéter gris y tiene un micrófono de solapa, frente a él hay una taza negra sobre la mesa.

Juan del Val habla de su infancia en Sorihuela del Guadalimar

Situado en plena comarca de Las Villas, a unos 110 kilómetros de la capital, Sorihuela del Guadalimar es un municipio pequeño, de apenas 1.034 habitantes. Sin embargo, guarda una riqueza emocional, natural y cultural que sorprende a quien lo visita. En el caso de Juan del Val, esta localidad fue el escenario de sus veranos de infancia, rodeado de figuras familiares y costumbres rurales.

Pese a haber nacido en Madrid, Del Val pasaba aquí cada periodo vacacional desde junio hasta septiembre, acompañando a su familia materna. Su madre, sus tíos y sus abuelos maternos vivían allí, y con ellos compartía largas jornadas al aire libre, tradiciones sencillas y escenas que hoy parecen sacadas de una novela costumbrista.

Así, lo expresó el novelista en una publicación en Instagram. "En el pueblo pasé veranos felices en 'la calle de las buenas noches'. Montando borricos para ir a ver las olivas, atando mulos a las rejas, merendando pan con aceite y azúcar, bañándome en las albercas y escuchando hablar a hombres y mujeres sentadas en la puerta tomando el fresquito", escribió.

Estas imágenes evocadoras no solo hablan de un entorno rural, sino también de un estilo de vida que ha perdurado en la memoria del escritor. En ese mismo vídeo, presentó también a un vecino muy especial. "Os presento a Miguel, forma parte de mi infancia", dijo, mostrando una cercanía y gratitud sincera por ese vínculo intacto con sus orígenes.

Además, dedicó unas palabras conmovedoras a quienes ya no están, pero siguen presentes en su recuerdo. "Juan Ángel y Antonia, Pepe El Pontonero, la Dioni, la tía Lola, el tío Inocente, Miguel y Tomasa, la tía Águeda y José…", enumeró. Todos ellos formaron parte de su universo afectivo, en una etapa donde el tiempo parecía detenerse.

"Ya nada es igual, ellos ya no están. Pero cada año que vengo aquí soy, durante un par de días, un niño de ocho años atento a la vida y el año que viene otra vez. ¡Dios quiera!", confesó, dejando ver el valor emocional que este lugar sigue teniendo para él.

Así es Sorihuela del Guadalimar, el pueblo protegido de Jaén donde creció Juan del Val

La singularidad de Sorihuela del Guadalimar no se limita a su valor sentimental para el escritor. Este municipio forma parte del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el mayor espacio protegido de España.

El paisaje que rodea Sorihuela del Guadalimar es de una riqueza extraordinaria. Por esta localidad transcurren tanto el río Guadalquivir como el Guadalimar, creando un entorno natural de gran belleza y valor ecológico. Los campos de cultivo de cereales, las extensas huertas y los interminables terrenos de olivares conforman un mosaico agrícola que define al pueblo.

La arquitectura histórica del pueblo añade un valor cultural incalculable a su patrimonio. La Iglesia Parroquial de Santa Águeda, construida en estilo renacentista durante el siglo XVI, constituye uno de los monumentos más significativos de la localidad.

Plaza con árboles, una fuente central, bancos y un letrero azul de taxi en primer plano en Sorihuela del Guadalimar

Igualmente relevante es el Torreón del Castillo de Sorihuela del Guadalimar, vestigio de origen árabe que representa la única parte conservada de la antigua fortaleza. Esta construcción defensiva evoca la rica historia medieval de la región y los diversos pueblos que han habitado estas tierras.

En cuanto a la actividad económica de Sorihuela del Guadalimar, se sustenta en el cultivo del olivar, una tradición que se remonta a siglos atrás. Los extensos campos de olivos que rodean el municipio constituyen la principal fuente de ingresos para muchas familias locales. Además, la industria ganadera ocupa también un lugar significativo en la economía local.

Aunque, la inclusión de Sorihuela del Guadalimar dentro del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas ha abierto nuevas perspectivas económicas. El turismo rural y la hostelería especializada han experimentado un impulso en los últimos años, atrayendo visitantes interesados en la naturaleza, la gastronomía local y el patrimonio cultural de la región.

No cabe duda de que Sorihuela del Guadalimar no es solo un pequeño pueblo de Jaén, sino el escenario vital que forjó gran parte de la sensibilidad de Juan del Val. Entre olivares, tardes al fresco y figuras inolvidables, el autor encontró inspiración, identidad y arraigo.

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