
Máxima felicidad tras la última hora de Manuel Benítez, padre de Manuel 'El Cordobés'
El legendario torero celebra hoy su 89º cumpleaños en medio de un momento de plenitud emocional y familiar
Manuel Benítez ha llegado hoy a los 89 años, y lo hace envuelto en una atmósfera de máxima felicidad. Padre del también torero Manuel Díaz 'El Cordobés', el diestro vive hoy una etapa de serenidad absoluta, tras una vida colmada de desafíos y emociones. Esta última hora confirma que se encuentra en un estado de paz, plenitud emocional y armonía con su entorno más cercano.
Su aniversario no es solo una cifra más en el calendario. Es el reflejo de una trayectoria que ha transitado desde la dureza de la infancia a la grandeza en los ruedos, y ahora, a una vejez consciente y cargada de significado. ¿Qué hay detrás de este momento tan especial que ha devuelto la alegría a la familia Benítez?

Máxima felicidad por el 89º cumpleaños Manuel Benítez, padre de Manuel 'El Cordobés'
Hablar de Manuel Benítez es hablar de una de las figuras más representativas y controvertidas de la tauromaquia española. Nacido en Palma del Río (Córdoba) el 4 de mayo de 1936, su infancia estuvo marcada por la orfandad y el hambre.
Su padre murió siendo él un bebé y, poco después, también perdió a su madre. A cargo de su hermana Ángeles, sobrevivió en un entorno hostil, donde aprendió pronto a ser pícaro y desconfiado. Esa dureza forjó el carácter que luego mostraría en las plazas.
A los 23 años debutó como novillero. Desde entonces, no paró de construir una leyenda basada en el arrojo, la intuición y un estilo propio. "Yo no toreo para los críticos, toreo para el pueblo", solía repetir, defendiendo con orgullo una forma de entender el toreo que no siempre agradaba a los puristas.
El cumpleaños de Manuel Benítez no es solo una celebración cronológica, es el punto álgido de una etapa de vida donde reina la paz interior. Tras años de distancia con su hijo Manuel Díaz 'El Cordobés', la histórica reconciliación en 2023 supuso un antes y un después. "Él es mi hijo y yo soy su padre", declaró Benítez, sellando en público un lazo que el tiempo había intentado desgarrar.

Desde entonces, y en especial en este último año, el padre de 'El Cordobés' ha optado por blindarse ante las tensiones externas. Vive en el campo, entre vacas y olivos, cultivando no solo productos, sino también su serenidad. Su estrategia vital para "estirar la vida" combina rutinas físicas con una filosofía emocional propia.
Por otro lado, ha reconvertido parte de su energía en labores empresariales. Vende aceite y carne de su propia ganadería, mostrándose activo y entusiasta. No se trata solo de negocio, sino de dignificar una vejez autosuficiente, lúcida y vinculada a la tierra que siempre lo inspiró.
Además, su último reto vital ha sorprendido a muchos: "Estoy aprendiendo a leer y escribir", confesó recientemente en una entrevista con la revista Semana. Contrató a una profesora hace tres años con un propósito claro: "Poder leer y escribir bien. Tengo que aprender, saber expresarme, aún desconozco mucho y quiero mejorar".
El largo camino hacia la reconciliación con Manuel Díaz 'El Cordobés'
Aunque la justicia ya había reconocido legalmente a Manuel Díaz como hijo de Benítez en 2016, la verdadera unión llegó siete años después. Durante la ceremonia del 20º aniversario de su proclamación como V Califa del Toreo en Córdoba, padre e hijo se fundieron en un emotivo abrazo. Manuel Díaz 'El Cordobés' no dudó en inmortalizar el momento con una foto acompañada del mensaje: "La foto de mi vida".
Esa imagen, que recorrió España, cambió para siempre la narrativa de los Benítez. Ya no eran padre e hijo divididos por el tiempo y el silencio, sino un vínculo reparado, sólido y lleno de ternura tardía. A partir de ese momento, el círculo familiar pareció cerrarse con armonía, como si cada pieza de la historia hubiese encontrado finalmente su lugar.

El cambio ha sido palpable, y el propio entorno de Manuel Benítez lo confirma: desde aquel abrazo, el torero parece caminar más ligero. Su tono al hablar, su forma de mirar y hasta sus gestos transmiten calma. En un hombre tan acostumbrado a la lucha, esa serenidad no es banal: es un premio.
A sus 89 años, Manuel Benítez, padre de Manuel 'El Cordobés', ha alcanzado una etapa de plenitud que parecía lejana. Su vida, marcada por el hambre, la fama y el amor, encuentra hoy su recompensa en la calma, el aprendizaje y la unión familiar. ¿Será esta serenidad el secreto definitivo para alargar la vida con sentido y dignidad?
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