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Manuel Benítez y Manuel Díaz posando juntos frente a un fondo azul.
CORAZÓN

Manuel 'El Cordobés', muy feliz, admite lo que todos sospechan sobre Manuel Benítez

Manuel Díaz 'El Cordobés' ha asegurado que la pareja de su padre es una mujer estupenda y muy generosa

Manuel Díaz ‘El Cordobés’ vive uno de los momentos más felices y estables de su vida. Su relación con su padre, Manuel Benítez, se ha transformado por completo tras años de distanciamiento. Y ahora, el torero ha confirmado un detalle que todos sospechaban: la pareja de su padre ha sido clave en la reconciliación familiar.

Mari Ángeles, la compañera de vida de Manuel Benítez, ha jugado un papel fundamental. Así lo ha reconocido su propio hijastro, quien no ha escatimado en elogios hacia ella. “Siempre he dicho que es un ángel en la tierra”, declaró con emoción ante las cámaras.

Manuel Díaz El Cordobés con expresión de esfuerzo emerge del agua en un ambiente iluminado en azul en El Desafío.

Estas palabras no han pasado desapercibidas. No es común que ‘El Cordobés’ hable con tanta entrega sobre su familia más privada. Pero en esta ocasión, ha querido dejar constancia pública del agradecimiento que siente hacia la mujer que ha unido a padre e hijo.

Según explicó a Europa Press, Mari Ángeles y Virginia han sido las grandes responsables del acercamiento. Su apoyo, cariño y comprensión han permitido que una historia de desencuentros encuentre al fin un cierre feliz. “Gracias a ellas tenemos una unión fantástica”, sentenció el torero.

Y no solo se trata de una unión cordial. Lo que hoy existe entre Manuel Díaz y Manuel Benítez es una verdadera relación de padre e hijo. Comparten momentos, hablan con frecuencia y se muestran cómplices ante los medios, algo impensable hace unos años.

Manuel 'El Cordobés', muy feliz con su familia

Este buen momento familiar coincide con una sorprendente revelación. Manuel Benítez ha confesado a la revista Semana que está aprendiendo a leer y escribir. A sus 87 años, ha decidido retomar un camino que quedó interrumpido en su juventud.

Una noticia que ha causado admiración y ternura en igual medida. El veterano torero ha demostrado una vez más su espíritu luchador. No se conforma con lo vivido, y busca crecer incluso en esta etapa tardía de la vida.

Su hijo Manuel no ha tardado en expresar su orgullo. Ante la prensa, ha explicado que su padre ya sabía leer y escribir, pero quería perfeccionar. “Quiere mejorar y por eso está dando clases”, contó con admiración en la voz.

Manuel Benítez y Manuel Díaz sonrientes, uno con cabello canoso y otro con cabello oscuro, posan en diferentes entornos.

Este gesto ha sido muy valorado por la familia. No solo muestra coraje, también una enorme humildad. Aprender a esa edad no es sencillo, y requiere una determinación ejemplar.

El torero se mostró muy emocionado al hablar del ejemplo que da su padre. Considera que esa actitud ante la vida es digna de elogio. Y ha confesado que todos en casa están muy orgullosos de él.

La figura de Mari Ángeles, en este contexto, cobra aún más relevancia. Es ella quien lo acompaña en su día a día y quien ha impulsado ese cambio vital. Su presencia ha sido esencial en cada avance y en cada decisión del veterano torero.

Manuel Benítez se apoya mucho en su pareja

No es la primera vez que se dice que Mari Ángeles ha sido un gran apoyo para Benítez. Pero ahora es su propio hijo quien lo confirma públicamente. Y lo hace con un mensaje tan claro como emotivo.

Manuel Díaz ha dejado atrás los reproches del pasado. Se ha reconciliado no solo con su padre, sino también con una parte de sí mismo. Y ha sabido reconocer la importancia de quienes han hecho posible esa transformación.

Ahora, lo que antes fue una herida abierta, es un motivo de alegría. La familia se muestra más unida que nunca. Y esa estabilidad ha devuelto a Manuel Díaz una serenidad que antes le era esquiva.

Un hombre sonriendo con un fondo desenfocado de un puerto y montañas.

Este giro en la historia de los ‘Cordobeses’ emociona al público que los ha seguido durante años. De los silencios y las distancias, han pasado a las palabras bonitas y los abrazos sinceros. Y todo gracias a la intervención silenciosa pero poderosa de dos mujeres excepcionales.

La historia de Manuel Díaz y su padre Manuel Benítez parecía no tener solución. Pero hoy es un ejemplo de perdón, reconciliación y esperanza. Y eso, sin duda, merece celebrarse.

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