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Mette-Marit con expresión seria junto a un emoji de preocupación.
CORAZÓN

La justicia de Noruega anuncia una noticia que deja en shock a la princesa Mette-Marit

La noticia más comentada del año pone a la princesa en el centro de todas las miradas y agita la conversación pública

La princesa Mette-Marit ha sabido equilibrar su papel institucional con su vida personal. Su imagen combina cercanía y compromiso, cualidades que han conquistado a los noruegos. Sin embargo, hay momentos en los que la atención pública se dirige de lleno a su familia más íntima.

Su hijo mayor, Marius Borg, ha crecido rodeado de protocolos y cámaras, aunque sin formar parte oficial de la monarquía. Su relación con el príncipe Haakon y su madre lo ha mantenido cerca del corazón de la institución. Sin embargo, desde el 2024, la opinión pública no ha sido favorable con el hijo de Mette-Marit y, ahora, todo parece empeorar.

Marius Borg y Mette-Marit aparecen en un montaje de dos retratos, ambos con expresiones serias.

Un privilegio del hijo de Mette-Marit que llega a su fin

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega ha confirmado la retirada del pasaporte diplomático de Marius Borg. La Casa Real explicó que se le concedió en la infancia por sus frecuentes viajes con la familia real. En aquel tiempo, era considerado parte del círculo más cercano de la Corona.

El propio príncipe Haakon reconoció hace un año que su hijastro había mantenido ese documento durante toda su vida. Sus palabras despertaron un intenso debate político sobre los límites de los privilegios reales. El asunto se volvió tema de conversación nacional y una polémica que ha llegado a todos los niveles del país.

Primer plano de Marius Borg sonriendo

La polémica sobre los privilegios

La controversia aumentó al conocerse que Marius utilizaba el pasaporte para viajes privados. Este tipo de documentos está reservado para desplazamientos oficiales o vinculados directamente con la institución. Su uso en actividades personales se considera inapropiado.

Expertos en protocolo explican que la norma es clara: un pasaporte diplomático debe responder a funciones institucionales. Su uso fuera de este marco no solo es incorrecto, sino que puede interpretarse como abuso de privilegio.

Una pareja sonriente posando juntos, el hombre lleva traje azul y la mujer viste de blanco, ambos están de pie frente a una casa

El mensaje de la Casa Real

La retirada del documento, aunque polémica, es vista como una señal de que la realeza busca alinearse con las reglas comunes y, también, se interpreta como un acto de coherencia. La medida pretende reforzar la transparencia y evitar críticas por trato desigual. Para la princesa Mette-Marit, este cambio supone afrontar un momento delicado en el que la vida privada y el escrutinio público se cruzan.

Este episodio podría sentar precedente en la revisión de otros privilegios históricos. En un país que valora la igualdad, la medida envía un mensaje claro: no todos los beneficios son permanentes. Mantener la confianza ciudadana en la Corona de Noruega es fundamental para el futuro de la institución.

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