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Dos personas mirando en direcciones opuestas con expresiones pensativas.
CORAZÓN

Federico y Mary de Dinamarca ya no pueden esconder qué pasa con su hijo Christian

La figura de Christian ha pasado a estar en el centro de todas las miradas, convirtiéndose en uno de los jóvenes miembros de la realeza europea que más atención genera

Las nuevas generaciones de las casas reales europeas crecen bajo la mirada atenta de una sociedad que exige cercanía, responsabilidad y compromiso institucional. Sin embargo, cuando la figura en cuestión es heredero directo al trono, las expectativas se multiplican.

Es el caso del príncipe Christian de Dinamarca, primogénito de los reyes Federico y Mary. De esta manera, el joven asumió el título de heredero al trono danés a comienzos de 2024 tras la histórica abdicación de su abuela, la reina Margarita II.

Federico X y Mary ya no pueden esconder qué pasa con su hijo

Desde entonces, Christian se ha convertido en uno de los personajes más observados del panorama europeo. No obstante, su comportamiento ha encendido las alarmas de la prensa y parte de la opinión pública.

En los últimos meses, medios nórdicos han documentado con detalle varias salidas nocturnas del joven príncipe. Protagonizadas por excesos que recuerdan inevitablemente a los años más agitados de su padre.

Federico de Dinamarca serio en traje negro

Fotografías captadas en fiestas privadas, con copas en la mano y rodeado de amigos y, en ocasiones, con una actitud cariñosa hacia distintas chicas. Todo esto ha avivado el debate sobre su rol dentro de la institución monárquica.

Aunque el derecho a una vida personal sean comprensibles, lo cierto es que muchos consideran que su posición exige una mayor prudencia. En palabras de algunos analistas daneses, "la imagen del heredero no puede desligarse del símbolo de estabilidad que representa la monarquía".

Personas observando un evento deportivo desde las gradas.

Christian de Dinamarca ha protagonizado varias polémicas

Uno de los gestos que más llamó la atención fue su ausencia en los Juegos Olímpicos de París 2024, una cita a la que sí acudieron herederas como la princesa Leonor. En cambio, Christian optó por no acompañar a sus padres en ese viaje.

A esto se suma su escasa participación en actos oficiales. Una actitud que contrasta con la preparación institucional que, en teoría, debería estar recibiendo desde que fue nombrado heredero.

Aunque su formación académica sigue siendo una prioridad, muchos consideran que ya es hora de que comience a asumir una agenda más activa y comprometida. Christian tiene aún tiempo por delante, pero también la responsabilidad de demostrar que está a la altura de su posición.

Un joven con traje azul y corbata de puntos blancos mira hacia un lado.

El camino hacia el trono no siempre es recto, y Christian de Dinamarca lo está descubriendo a una edad temprana. Si bien sus recientes actitudes han despertado críticas y preocupación, también es cierto que aún tiene margen para madurar y redefinir su papel.

El reto estará en encontrar el equilibrio entre su vida personal y las responsabilidades que conlleva ser el futuro rey. De cómo afronte esta etapa dependerá, en gran parte, la imagen que proyecte como heredero y la confianza que el pueblo danés deposite en él.

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