
La encrucijada de Meghan Markle tras el gran paso que prepara el príncipe Harry
El regreso del príncipe Harry al Reino Unido el 8 de septiembre pone a Meghan Markle en una complicada tesitura
Esta semana, el futuro de Meghan Markle y el príncipe Harry vuelve a situarse en el foco de atención internacional. La prensa británica ha revelado que el duque de Sussex está a punto de dar un paso que podría acercarlo a la Familia Real. Sin embargo, este movimiento coloca a Meghan en una posición compleja que podría marcar un antes y un después en su relación con Reino Unido.
El regreso de Harry a Londres no solo ha despertado rumores de reconciliación, sino también dudas sobre el papel de su mujer. ¿Podrá Meghan acompañarlo sin renunciar a su vida en California o se quedará con sus hijos, arriesgándose a nuevas críticas?

El príncipe Harry prepara un viaje clave que preocupa a Meghan Markle
Los duques de Sussex han vivido años intensos desde que en 2020 decidieron abandonar sus funciones oficiales y mudarse a Estados Unidos. Desde entonces, la tensión con la Familia Real británica se ha intensificado, especialmente tras las revelaciones de Harry en sus memorias y las entrevistas conjuntas de la pareja.
La última vez que Meghan estuvo junto a la familia Windsor fue en septiembre de 2022, tras la pérdida de la reina Isabel II. Aquella imagen en Windsor, caminando junto a William y Kate, quedó como la última postal de unidad antes de un distanciamiento definitivo. Desde entonces, Harry ha viajado en solitario al Reino Unido en varias ocasiones, mientras que Meghan ha permanecido en California alegando preocupaciones de seguridad.
Este telón de fondo añade mayor peso al inminente viaje del duque, pues no se trata solo de un evento público, sino de una oportunidad de acercamiento con el rey Carlos. En este contexto, la encrucijada de Meghan parece inevitable.

Según el diario británico Mirror, el príncipe Harry viajará el 8 de septiembre a Londres para asistir a los Premios WellChild. Lo llamativo no es solo su presencia en la capital, sino que su equipo habría retomado una "línea de comunicación" con Buckingham Palace. Esto abre la puerta a un encuentro privado con su padre, el rey Carlos III.
De confirmarse, sería la primera reunión padre e hijo desde el diagnóstico del monarca. Harry tiene 40 años y Carlos, 76, y ambos han pasado más de un año sin coincidir en persona. El experto real Duncan Larcombe advirtió en New que "si Harry empieza a reconciliarse con su familia, Meghan se enfrentará a una decisión extremadamente difícil".
Las opciones son claras, pero ninguna resulta sencilla. Si Meghan viaja con él, deberá "mirar a los ojos a quienes ha criticado", como señaló Larcombe. Pero si se queda en California con Archie y Lilibet, la ausencia podría interpretarse como un desaire hacia la monarquía.
Un posible acercamiento con el rey Carlos que pone a prueba la unidad familiar
El trasfondo de este viaje no se limita al evento benéfico. Fuentes cercanas al palacio, citadas por Mirror, aseguraron que no se busca un gesto mediático, sino "una simple conversación entre un padre y su hijo".
Para el príncipe Harry, estas visitas refuerzan un sentimiento de pérdida, ya que sus hijos no han compartido tiempo con su abuelo. "Estará profundamente decepcionado, en privado, de que sus propios hijos no hayan tenido la oportunidad de conocer a ese abuelo", señaló Larcombe. Según el experto, este dolor podría empujar a Harry a replantear su postura sobre mantener a Meghan y a los niños lejos del Reino Unido.

Sin embargo, aquí radica la verdadera encrucijada: cualquier avance de Harry con su familia implica conversaciones difíciles en casa. Meghan siempre ha defendido la unidad de los suyos en California y, como advierte Larcombe, "ella siempre luchará por su familia, para mantenerlos unidos".
Si finalmente se queda en California, las críticas podrían centrarse de nuevo en ella. Pero si opta por acompañar a Harry, se enfrentará a una exposición pública que siempre ha resultado incómoda y dolorosa. La respuesta que elija definirá, en gran medida, cómo evoluciona la relación de los Sussex con el resto de la familia Windsor.
La presión pública y el dilema personal de Meghan Markle
Más allá de lo institucional, Meghan Markle arrastra un conflicto emocional. La exactriz de Suits confesó recientemente en su serie de Netflix With Love, Meghan que se sintió "mal" al pasar casi tres semanas sin ver a sus hijos. "No me encontraba bien", haciendo referencia al momento en el que tuvo que quedarse en Reino Unido por el fallecimiento de Isabel II.
En este sentido, el experto Larcombe recordó que Meghan "quiere ser una madre práctica y nunca estuvo dispuesta a hacer el sacrificio que tienen que hacer las madres de la realeza". Ese planteamiento choca frontalmente con las expectativas públicas en Reino Unido, donde se espera que los duques muestren unidad.

El año pasado, Harry expresó también sus temores sobre la seguridad de su esposa: "Ya sea con un cuchillo o con ácido, son cosas que me preocupan genuinamente. Es una de las razones por las que no traeré a mi esposa de vuelta a este país". Con estas palabras, recogidas por la prensa británica en 2023, justificó la ausencia de Meghan en actos públicos europeos.
Es indudable que la encrucijada de Meghan Markle surge en un momento decisivo, cuando el príncipe Harry parece dispuesto a tender puentes con su padre. La presión mediática y el peso de su rol maternal convierten cualquier decisión en un riesgo emocional y público. La clave será comprobar si, esta vez, los Sussex logran equilibrar la intimidad familiar con las demandas de la monarquía y del Reino Unido.
Más noticias: