
El cuñado del príncipe Guillermo deja a Kensington Palace en shock: lo cuenta todo
Una historia íntima, inesperada y valiente que revela lo que muchas veces se oculta tras la imagen de la realeza
En la realeza, las sonrisas públicas suelen ocultar grandes tormentas privadas. Tanto quienes están en el centro de atención, como su familia, también llevan su peso a cuestas. A veces, quienes parecen estar más alejados de la opinión pública, tienen mucho que decir.
La familia Middleton, conocida por su sobriedad y apoyo constante a la princesa de Gales, también enfrenta momentos desafiantes. Y uno de los hermanos, ha decidido compartir la gran verdad. Su sinceridad es desgarradora y conmovedora.

La mirada que salvó la vida del cuñado de Guillermo
James Middleton revive un episodio crítico en sus memorias, publicado recientemente en edición de bolsillo. En 2017, subió hasta el tejado de su casa con la intención de acabar con todo. Fue Ella, su cocker spaniel, quien con una sola mirada lo ancló a la vida.
“Hay razones para seguir vivo”, reflexiona, recordando esa madrugada helada. “Lo único que habría hecho habría sido transmitir mi dolor a otras personas”, reconoce. Las palabras del cuñado de Guillermo, calan hondo y conectan con quienes han sentido lo mismo.
Su testimonio es una invitación al entendimiento de la salud mental desde lo más humano. “No estoy curado de la depresión”, confiesa con claridad. “Nunca podrás curar los problemas de salud mental porque existen constantemente”.

Apoyo incondicional y segundas oportunidades
El respaldo familiar fue clave en su proceso de recuperación. “Su presencia significaba que sabía que estaba rodeado de personas que realmente entendían por lo que estaba pasando”, dice sobre sus hermanas Kate y Pippa. Lo acompañaron incluso a las sesiones de terapia.
Diagnosticado con TDAH y depresión clínica, James se sometió a terapia intensiva durante dos años. Asegura que ese proceso fue lo que le permitió recuperar su identidad. “Fue entonces cuando volví a ser James Middleton”.
También recuerda su temor al juicio ajeno: “Temía que me llamaran impostor si hablaba de mi depresión”. Y, sin embargo, lo hizo, convirtiendo su dolor en fuerza para otros. Un acto de valentía que merece ser escuchado.
Renacer con esperanza y aceptar los retos cotidianos
Hoy, James es padre de un niño pequeño y vive una vida sencilla y honesta. “Todavía tengo retos: estamos renegociando nuestra hipoteca, tenemos facturas que pagar”, comparte con serenidad. “Pero aceptamos todo esto, intentando ver lo positivo”.
James Middleton habló sobre cómo la familia afrontó el cáncer de la esposa del príncipe Guillermo. "Creo que en familia aprendemos a ver, procesar y comprender las cosas", explicó. Y añadió: "Se trata de comunicarse y de ofrecer apoyo y ayudar siempre que podamos".
Con su historia, James Middleton no solo rompe estigmas. También demuestra que, incluso en los entornos más formales, hay espacio para la verdad y la compasión.
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