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Montaje de fotos de primer plano de Charlene y Alberto de Mónaco, y, de fondo, una imagen de Alexandra de Hannover.
CORAZÓN

Charlene de Mónaco y Alberto encienden todas las alarmas: es sobre Alejandra

La relación de Alejandra de Hannover con su padre se complica aún más con los recientes problemas de salud de Ernesto

La vida de la familia real de Mónaco sigue siendo un terreno lleno de emociones encontradas. Mientras algunos miembros afrontan desafíos personales, otros se mantienen al margen, evitando los focos de atención. La hermana de Alberto de Mónaco, Carolina, ha intentado mantener un perfil mesurado y tranquilo, pero su exesposo, Ernesto de Hannover, ocupa constantes titulares.

Ernesto de Hannover ha despertado preocupaciones debido a los últimos problemas de salud que ha sufrido, incluso con ingresos en el hospital. Y Alejandra, hija de Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover, ha mantenido una actitud inesperada ante la reciente enfermedad de su padre. Alberto de Mónaco y Charlene se mantienen atentos por las consecuencias que podría acarrear la situación para el Principado.

Alejandra de Hannover con un vestido rojo y una acreditación colgada en el cuello está de pie frente a un coche de carreras en un garaje.

Así es la compleja relación entre padre e hija

Ernesto de Hannover, de 71 años, fue ingresado de urgencia en una clínica de Madrid, justo un mes después de recibir el alta. Sin embargo, lo que más ha sorprendido a los medios y a los cercanos a la familia es el comportamiento de su hija menor, Alejandra. La sobrina de Alberto de Mónaco no ha mostrado interés ni ha visitado a su padre.

El distanciamiento entre Alejandra y su padre no es reciente. La ruptura entre Ernesto y su esposa, Carolina de Mónaco, en 2009, marcó el inicio de una serie de tensiones familiares. Con tan solo 9 años, Alejandra fue testigo de los escándalos que acompañaron la separación, un hecho que, seguramente, dejó cicatrices emocionales que aún persisten.

Una mujer con un chal color púrpura y un hombre con traje oscuro y corbata caminan juntos en un entorno urbano.

Fuentes cercanas han señalado que Alejandra vivió una infancia difícil, con comportamientos cuestionables por parte de su padre, lo que generó un trauma profundo. Aunque siempre ha mantenido una postura reservada en público, se cree que guarda rencor por aquellos años. 

Alejandra de Hannover tiene una vida marcada por su propio camino

Lejos de todos los conflictos familiares, Alejandra de Hannover ha optado por un estilo de vida centrado en su carrera artística y en sus actividades sociales en Mónaco. Su vínculo con la familia Grimaldi ha sido un refugio para ella, especialmente con su madre, Carolina de Mónaco.

Una persona con auriculares y micrófono está en un entorno interior, con una pantalla en la pared que muestra una imagen de un paisaje costero.

Mientras su padre se encuentra enfrentando problemas de salud, Alejandra de Hannover continúa con su vida. Eludiendo la exposición pública y tomando decisiones que reflejan su deseo de mantenerse alejada de las complicaciones familiares. Alejandra está en búsqueda de su propio camino, lejos de los focos mediáticos y las tensiones familiares.

De lo que no cabe duda es que, a pesar de los esfuerzos por mantener la privacidad, la familia real de Mónaco sigue acaparando titulares. Con la delicada salud de Ernesto de Hannover en el centro de las preocupaciones, el distanciamiento entre padre e hija pone de manifiesto las cicatrices que persisten desde hace años.

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