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Alberto de Mónaco y Charlene de Mónaco vestidos de manera elegante aparecen en primer plano con un dibujo de billetes y monedas en la parte inferior de la imagen.
CORAZÓN

Charlene de Mónaco, en el ojo del huracán: es mucho dinero y Alberto lo sabía

Los secretos financieros de Charlene de Mónaco salen a la luz, y Alberto no puede escapar de las acusaciones

La vida en Mónaco siempre ha estado asociada al lujo y la opulencia, pero detrás de esta imagen de perfección, el Principado enfrenta una creciente ola de críticas. Los Grimaldi, conocidos por su elegancia y las expectativas que genera su figura pública, ahora se ven atrapados en un escándalo financiero. Una situación que podría cambiar la percepción de la familia real.

Un reciente escándalo relacionado con los gastos del príncipe Alberto de Mónaco ha desatado una serie de críticas. Todo esto ha puesto en duda la gestión económica del Palacio de Montecarlo. Charlene, princesa consorte y esposa del príncipe Alberto, también ha estado en el centro de la polémica.

Una mujer con vestido azul claro y un hombre con esmoquin negro caminan juntos por una alfombra azul en un evento elegante al aire libre.

Un estilo de vida costoso y cuestionado

Según Claude Palmero, excontable de la familia real, los gastos de Charlene han sido desmesurados. Él afirmó: “No tengo ningún control sobre los gastos de la princesa”. Durante los últimos ocho años, la princesa habría gastado 15 millones de euros, destinando grandes sumas a diversos gastos personales.

Entre uno de los más destacados se encuentra la renovación de una villa en Córcega, por un millón de euros. También figuran transferencias de dinero a su familia en Sudáfrica, sin ningún tipo de control administrativo. “300.000 euros fueron enviados a su hermano para pagar su casa, sin justificar el origen de esos fondos”, relató Palmero, aumentando la controversia.

Mujer rubia con cabello corto vestida con saco negro y blusa con lazo metálico, posando frente a un edificio iluminado de noche con un reloj azul en la fachada.

El príncipe Alberto, en el centro del huracán

El príncipe Alberto II, ya cuestionado por su propia fortuna y por sus manejos financieros, se ve ahora involucrado en el escándalo. Según Palmero, Alberto siempre quiso mantener el patrimonio real bajo un estricto control, evitando dejar “rastro de papeles” que pudieran ser utilizados en su contra. Este comportamiento, sumado a la falta de supervisión de los gastos de Charlene, pone en duda la transparencia de la monarquía monegasca.

En respuesta, el príncipe Alberto ha denunciado las filtraciones como una violación del secreto profesional y una invasión de la vida privada. Las críticas han aumentado con la creciente presión internacional. Se suma la inclusión de Mónaco en la lista negra de la Comisión Europea por no cooperar en la lucha contra el blanqueo de capitales.

Mujer rubia con el cabello recogido y chaqueta celeste sentada al aire libre

Mónaco, ante una crisis de confianza

La imagen de Mónaco, siempre un símbolo de exclusividad y lujo, está siendo puesta a prueba. La combinación de los lujos excesivos de Charlene y la falta de control en la gestión de los fondos públicos ha generado desconfianza entre los ciudadanos y los observadores internacionales.

Con la familia real atrapada en una telaraña de acusaciones, el futuro de la monarquía monegasca parece incierto. El escándalo ha dejado claro que la falta de transparencia financiera puede afectar gravemente su reputación. Aunque la familia Grimaldi haya sido durante décadas sinónimo de elegancia y opulencia.

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