
Carolina de Mónaco, hermana de Alberto, última hora junto a su hija Carlota
Un nuevo gesto entre madre e hija vuelve a captar la atención en Mónaco y despierta comentarios dentro de la realeza
Hay vínculos familiares que se fortalecen con el paso del tiempo y las experiencias compartidas y, en otros casos, se hacen más distantes. En Mónaco, se viven algunos momentos de tensión que podrían estar afectando a ciertos vínculos. Aunque las apariciones públicas dejan mucho a la imaginación y a los rumores.
Más allá del protocolo, hay relaciones que se mantienen, aunque estén, muchas veces, en el centro de la polémica. Es el caso de Carolina de Mónaco y dos de sus hijas: Carlota y Alejandra. Hace pocos días, han hecho una aparición que ha acaparado las miradas.

La reina del estilo sin pretenderlo
Este fin de semana, Carolina de Mónaco volvió a demostrar por qué es un ícono indiscutible. A sus 68 años, deslumbró con un vestido camisero fluido con estampado geométrico en tonos rojo, blanco y azul. Con escote en V, manga globo y largo midi, fue la síntesis perfecta entre elegancia y frescura.
“Puede presumir, sin pretenderlo, de seguir siendo un icono fashion e inspiración para muchas mujeres”, destacaron los medios presentes. La princesa completó su look con sandalias de tacón ancho, sin perder comodidad ni estilo. Como es habitual, evitó los accesorios recargados y optó por ondas suaves en el cabello y joyería discreta.
La sobriedad fue su aliada, como en cada aparición pública. Y sin buscar protagonismo, lo consiguió. Una vez más, Carolina demostró que la elegancia se impone en silencio.

Carlota y Alexandra: juventud y elegancia con sello Grimaldi
Carlota Casiraghi lució un mini vestido azul cielo de Chanel, con punto brillante y corte entallado. El diseño destacaba por su discreta sofisticación y su impecable silueta. Con maquillaje natural y peinado desenfadado, mantuvo su sello de elegancia sin esfuerzo.
“Una declaración de estilo silenciosa, pero impactante”, definieron los asistentes. Carlota calzó sandalias negras con tacón sensato, similares a las de su madre.
Por su parte, Alexandra de Hannover apostó por un vestido de inspiración campestre con estampado floral verde. Lazos en los tirantes y cuerpo de nido de abeja completaron su look romántico. Con melena al natural, logró una imagen dulce y equilibrada.
Acompañada por su pareja, Ben-Sylvester Straumann, Alexandra se mostró sonriente y cercana. La escena familiar reflejó armonía, conexión y estilo compartido. Y una vez más, las Grimaldi brillaron sin artificios.
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