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Alberto y Carolina de Mónaco sonríen frente a un fondo oscuro, con un dibujo de maletas dentro de un globo de diálogo.
CORAZÓN

Alberto de Mónaco habla con su hermana Carolina: ha hecho las maletas y se ha ido

Carolina de Mónaco enfrenta una difícil decisión familiar: su hermano Alberto está involucrado en esta situación

La vida de los miembros de las grandes dinastías está llena de momentos difíciles, especialmente cuando las tensiones familiares se convierten en un tema recurrente. Aunque las apariencias puedan sugerir lo contrario, estas familias suelen enfrentar conflictos internos que son mucho más complejos de lo que se muestra públicamente.

En medio de esta dinámica, las decisiones personales de los involucrados tienen un impacto profundo en todos los aspectos de sus vidas. Es por eso que las decisiones que toman ciertos miembros de la familia real de Mónaco reflejan las complejidades de los lazos familiares. Además de los desafíos emocionales a los que se ven enfrentados. 

Carolina y Alberto de Mónaco de pie frente a una pared de piedra una mujer con abrigo beige y un hombre con traje azul sonriente

La hija de Carolina: la visita que sorprende

Alejandra llegó a Madrid para celebrar el 40 cumpleaños de su hermano Christian y también para visitar a su progenitor. Aunque Ernesto ha sido un padre ausente, Alejandra ha mostrado su apoyo al estar en Madrid, disipando las dudas sobre su relación con él. Esta actitud, a pesar de las diferencias pasadas, refleja una madurez emocional y una disposición a ayudar a su padre en su tiempo de necesidad.

Aunque, la visita a Madrid no fue solo por motivos familiares. Alejandra también tuvo un compromiso profesional y asistió a la fiesta organizada por la revista Elle en el Palacio Real, causando sensación. Deslumbró con un elegante vestido rosa empolvado, destacando su figura, mientras completaba su atuendo con un mini bolso negro y zapatos a juego.

Dos personas conversando en un restaurante al aire libre con copas de vino sobre la mesa.

La lucha emocional de la hija de Carolina de Mónaco

La relación entre la sobrina de Alberto de Mónaco y Ernesto nunca fue fácil. Tras la separación de Carolina de Mónaco y Ernesto en 2009, Alejandra vivió momentos complicados que marcaron su infancia. Según la prensa, la joven vivió de cerca las tensiones y malas prácticas de su padre, lo que afectó profundamente su bienestar emocional.

La situación vivida con Ernesto, la llevó a tomar una decisión trascendental al cumplir 18 años. Alejandra de Hannover renunció a la fe protestante de los Hannover y se convirtió al catolicismo. Al hacer esto, quedaba excluida de la línea de sucesión.

Mujer con vestido largo rosa claro decorado con flores en los tirantes y sosteniendo un bolso negro sobre fondo oscuro

Según la psicóloga Lara Ferreiro, Alejandra experimenta una constante lucha entre el dolor de ver a su progenitor enfermo y el resentimiento que ha acumulado a lo largo de los años. La psicóloga explica que, a pesar de este acercamiento, la joven sigue guardando una distancia emocional considerable. Para Alejandra, este resentimiento podría estar relacionado con un "trauma acumulado" que la lleva a mantener un mecanismo de supervivencia emocional.

Este conflicto entre querer estar con su padre en momentos tan difíciles y el resentimiento hacia él refleja la complicada dinámica familiar de los Hannover. La joven está en una lucha constante por equilibrar la necesidad de sanar heridas con el miedo al dolor de revivir viejos traumas. Como su madre Carolina, Alejandra sigue enfrentándose a la sombra de un pasado lleno de dificultades emocionales.

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