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Murallas de una fortaleza antigua construida sobre una colina rocosa con cipreses en primer plano y cielo despejado
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Naturaleza y cultura te esperan en el corazón de Almería

Almería también es interior, lejos del mar, esta provincia ofrece senderos, pueblos con historia y actividades

Almería es mucho más que sus playas. Su impresionante costa es ya conocida en toda España. 

Sin embargo, Almería también destaca con su interior. Una de las grandes desconocidas que sin duda ofrece un abanico de posibilidades. Recorrer sus calles y sus municipios provoca una fusión entre cultura y naturaleza, algo que casi obliga a destacar el turismo deportivo. 

Sus rutas y senderos harán de Almería un destino perfecto.

En el Valle del Almanzora, puedes convertirte en cantero de mármol, ordeñar cabras, hacer pan o explorar el cielo desde el observatorio de Calar Alto. Más de 30 experiencias guiadas te acercan a la vida rural auténtica.

En la Sierra de los Filabres y la Alpujarra almeriense, rutas de senderismo y BTT, baños en manantiales termales y miradores naturales esperan al viajero.

Fortaleza iluminada al atardecer sobre una colina rodeada de vegetación y montañas

Municipios como Tabernas, Níjar, Sorbas, Lucainena o Lubrín tienen propuestas de turismo activo. Senderismo, rutas en 4×4, espeleología y observación de estrellas promovidos por la Diputación.

¿Te gustan la historia y el arte? Visita el MUREC en Almería capital, con obras de Sorolla, Zuloaga y Antonio López. También merece la pena recorrer el Barrio Andalusí, un yacimiento de casas-cueva rescatado del pasado medieval.

No faltan actividades singulares: la Geoda de Pulpí, la mayor del mundo, visitas a canteras históricas, o noches de astronomía con Azimuth.

Para los amantes de la música y la cultura histórica, el Festival Renacentista y Barroco de Vélez‑Blanco ofrece conciertos en castillo en pleno verano.

Hay que remontar el río, jalonado de almendros en flor, naranjos y huertas, para descubrir los contrastes que ofrece su valle. A partir de ahí, sorprende la monumentalidad de una Sierra de entrañas abiertas y blancas: el mármol, razón de ser de, prácticamente la totalidad de los pueblos del Valle.

Y después de la aventura, llega el momento de probar la cocina local: embutidos de Serón, quesos artesanos, pan de leña, aceite y dulces tradicionales.

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