
La moneda de 10 céntimos que puedes tener y que paga un viaje a Japón: un pastizal
Este ejemplar de tan solo 10 céntimos es en la actualidad uno de los más codiciados entre los coleccionistas
El coleccionismo de monedas tiene muchas sorpresas que ofrecer a quienes saben bien dónde buscar. De un tiempo a esta parte, son muchas las piezas que han multiplicado su valor, convirtiéndose en una buena inversión.
Entre ellas, solemos relacionar las más antiguas con las más valiosas. Sin embargo, una vez más, una moneda de 10 céntimos viene a demostrar que eso no tiene por qué ser así. Y es que existen otros factores, como los errores, que también hacen subir el precio.
Esta es la moneda de 10 céntimos que te paga un billete a Japón
La moneda de la que hablamos es esta de 10 céntimos de Austria del año 2002. En este caso, ha captado la atención de coleccionistas y aficionados a la numismática por una peculiaridad que la hace única. Se trata de un error de acuñación que ha elevado su valor en el mercado.

Su diseño, por otro lado, también resulta llamativo. En el reverso de la moneda se encuentra la imponente Catedral de San Esteban. Es decir, uno de los símbolos más importantes de Viena y una de las joyas del gótico europeo.
Por otro lado, esta pieza presenta un exceso de cobre en su composición, lo que provoca un relieve más pronunciado en ciertas áreas del diseño, especialmente en las zonas detalladas. Este defecto, lejos de ser una imperfección, la convierte en una pieza codiciada por los coleccionistas.
El valor de esta moneda de 10 céntimos en el mercado
Aunque su valor nominal es de 10 céntimos, ejemplares con este error se han llegado a vender por hasta 800 euros en plataformas como eBay. Es decir, una cifra considerable que puede transformarse en tu próximo billete Japón o a cualquier otra ciudad del mundo.

Su diseño, combinado con el error de acuñación, aumenta su atractivo y valor en el mundo del coleccionismo. Esto ha hecho que su precio se incremente debdio también a su rareza. Y es que los errores consiguen que una moneda sea única, lo que aumenta el interés entre los coleccionistas.
Al no ser rara, es posible que tengas una de estas monedas en tu cartera o colección sin saberlo. Por ello, conviene revisar tus monedas de 10 céntimos y ver si tienes esta de Austria de 2002. Si notas un relieve más alto de lo normal o un tono más cobrizo, podrías estar ante una pieza valiosa.
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