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Una mujer sonriente usando su teléfono móvil frente a una sucursal del banco Santander.
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El mensaje del Banco Santander a miles de clientes: también se puede hacer esto

El Banco Santander ha explicado todas las peculiaridades de uno de sus productos bancarios menos conocidos

Cuando se solicita un préstamo, generalmente se ofrece la garantía personal, que compromete todo el patrimonio presente y futuro del prestatario. Sin embargo, explican desde el Banco Santander, en ocasiones los prestamistas pueden exigir garantías adicionales para asegurar su devolución. Una de estas es la pignoración, un mecanismo que implica dejar un bien en prenda como garantía adicional del préstamo.

Pignorar un préstamo significa garantizar su devolución mediante la entrega de uno o varios activos físicos o financieros al prestamista. Estos activos pueden incluir un vehículo, un depósito bancario, o acciones, entre otros.

Este sistema, según el Banco Santander, permite que el prestatario, o incluso un avalista, ponga a disposición del prestamista un bien específico para asegurar el cumplimiento de la obligación financiera. De esta manera, el riesgo del prestamista se reduce considerablemente.

Un hombre pensativo frente a una sucursal del banco Santander.

El Banco Santander desvela las ventajas de la pignoración

Optar por un préstamo con garantía pignoraticia ofrece varias ventajas en comparación con un préstamo con garantía hipotecaria. En primer lugar, el proceso suele ser más económico. Y es que, en el caso de una hipoteca, se deben cubrir también gastos adicionales como la tasación y los honorarios de gestoría. 

En el caso de un préstamo pignoraticio, en cambio, normalmente solo se requiere la formalización del acuerdo ante notario. Este se puede plasmar mediante escritura pública o póliza intervenida por el notario.

Además, la pignoración puede facilitar el acceso a un mayor capital o a tipos de interés más competitivos. Al presentar un bien pignorado como garantía, el prestatario puede obtener condiciones más favorables en su préstamo. Todo ello, explica el Banco Santander, porque el banco tiene una garantía tangible en caso de incumplimiento.

El Banco Santander también señala una diferencia clave

Más allá de todo lo dicho, una diferencia fundamental entre un préstamo pignoraticio y uno hipotecario es el uso del bien garantizado. En el caso de una hipoteca, el prestatario puede seguir utilizando el inmueble mientras paga el préstamo. En cambio, cuando se pignora un bien, este puede ser tomado por el prestamista durante la vida del préstamo.

Fachada de una sucursal del banco Santander con un recuadro que muestra una mano firmando un documento junto a una casa en miniatura, una calculadora y unas llaves.

En definitiva, el artículo pignorado no está disponible para el prestatario. Es una gran diferencia si lo comparamos con un activo financiero, como las acciones o fondos de inversión, que pueden continuar generando rentabilidad.

Los riesgos de incumplir con los pagos correspondientes

Si el prestatario incumple con el pago de las cuotas del préstamo garantizado por pignoración, el prestamista tiene el derecho de ejecutar la garantía. En el caso de bienes físicos, estos se subastarán públicamente para recuperar el capital prestado.

Si el bien es un activo financiero, el prestamista procederá a su ejecución. En definitiva, señala el Banco Santander, se puede proceder a la venta de acciones o la liquidación de participaciones en fondos de inversión, para recuperar el dinero adeudado.

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