Lleno total en la Basílica del Valle para el concierto de Aurelio Gutiérrez
El esperado evento en El Valle emocionó con música sacra, recordando la importancia de la oración y reconciliación
Aplazado desde el mes de mayo, se produjo finalmente el día 7 entre una expectación extraordinaria. Se hizoesperar, pero mereció la pena. Desde las 10 de la mañana colas de coches en los accesos - yo mismo tardé media hora en pasar la garita de abajo desde el cruce- y una vez dentro el parking hasta arriba. La convocatoria se encontraba ya en las redes desde hace días, pero comenzó a circular a discreción por los grupos de WhatsApp desde que Javier García Isac recordara cita en La Boca del Lobo del viernes por la mañana. Esa misma noche también se anunció en el programa estrella de Intereconomia.
Terminada la Misa Conventual, arranca Aurelio Gutiérrez, voz privilegiada, verbo claro, conductor en esta casa de Perlas líricas ( Lunes 10:30), agradeciendo a la audiencia su presencia hoy y cualquier día en En Valle, lugar amenazado por los odiadores, lamentando que su odio descontrolado se lleve por delante La Escolanía,, escuela de cantores sin parangón en España. Y por ellos se pone a cantar.
Y ante un público entregado suena el Cuius Animam de Rossini, empieza arriba, y sigue volando con el culmen de la música, JS Bach con piezas del MAGNIFICAT. La música sacra eleva a los cielos, pero cantada por Aurelio y Lydia toca el alma. No hay mejor acústica que la de El Valle donde resuenan semanalmente las voces de la Escolanía elevarse por encima de las montañas del Guadarrama.
Con Elizavieta Jaszuty en las teclas del órgano, solo el silencio acompaña al Ave María de Schubert interpretada para la Historia, para los héroes de nuestras mejores páginas por Lydia Galasova. La oración para la Madre De Dios bajo cuyo manto maternal los monjes custodian a los mártires.
El bien, la verdad y la belleza. La del Oboe de Gabriel de Morricone o el Mesías de Haendel … Y el amor a España y a su mejor Historia. No hay palabras, escritas ni cantadas para agradecer a Lydia, Elizavieta y Aurelio este lujo y rato de oración. Quizá solo las de Fray Pablo a las que nos unimos y tomamos como misión, conservar el Valle como lugar de oración y reconciliación bajo el signo de perdón de la Cruz.
Escrito por Jesús García-Conde.
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