Las hipotecas se complican para estos clientes: los bancos endurecen las condiciones
Los bancos no ponen nada sencillo la concesión de hipotecas para segundas residencias al entender que hay un riesgo
Acceder a una hipoteca en España ya es un reto para muchos, especialmente cuando se trata de una segunda residencia. Los bancos están poniendo más obstáculos y endureciendo las condiciones para aquellos que desean adquirir una casa vacacional.
La situación para comprar una vivienda habitual en España ya es complicada, con los precios en alza y una demanda que no deja de crecer. Según datos recientes, el precio por metro cuadrado ha aumentado en un 8% durante el último año, hasta alcanzar de media los 2.153 euros.
Este incremento ha hecho que adquirir una primera vivienda sea cada vez más costoso. Sin embargo, para aquellos que buscan una segunda residencia, la situación es aún más difícil.
Condiciones más duras para las segundas residencias
Cuando se trata de financiar una segunda vivienda, los bancos imponen criterios más estrictos que en el caso de una primera. Estos endurecimientos incluyen la solicitud de mayores ingresos y la aplicación de intereses más altos.
Las entidades bancarias consideran que las segundas residencias representan un mayor riesgo. Sobre todo porque es más probable que los compradores dejen de pagar el préstamo en una vivienda que no es su residencia principal.
Uno de los factores clave que los compradores deben tener en cuenta es que necesitarán más ahorros al comprar una segunda residencia. Esto se debe a que los bancos suelen ofrecer una financiación menor en estas operaciones.
Mientras que para una vivienda habitual los bancos financian hasta el 80% del valor de compra, para una segunda residencia este porcentaje se reduce. Se sitúa entre un 60% y un 70%. Esto significa que los compradores tendrán que disponer de más capital propio para cubrir la entrada y los gastos adicionales de la compra.
Otra de las condiciones que hacen más difícil la adquisición de una segunda residencia es la reducción en el plazo de amortización de las hipotecas. En general, los bancos ofrecen plazos de hasta 30 o incluso 40 años para hipotecas de vivienda habitual. Pero para una segunda residencia el plazo máximo suele ser de 25 años.
Este plazo más corto implica que las cuotas mensuales serán más altas. Lo que fuerza a los compradores a tener ingresos más elevados para poder hacer frente a los abonos.
Aparte de los ingresos, los bancos también exigen otras garantías adicionales, como contar con un avalista o incluso poner otro inmueble en garantía. Además, es esencial tener un empleo estable y un historial crediticio impecable, indica Infobae. Los bancos revisan detalladamente que el comprador no tenga impagos anteriores y no figure en listas de morosos.
Las entidades no ponen fácil la concesión de hipotecas
Otro factor a considerar es que las hipotecas para segundas residencias suelen tener un interés más elevado. Los bancos ven estas operaciones como de mayor riesgo. Sobre todo si el comprador todavía está pagando la hipoteca de su primera residencia.
Esto provoca que no todas las entidades financieras estén dispuestas a conceder hipotecas para segundas viviendas. Y las que sí lo hacen, ofrecen condiciones menos favorables.
Queda claro que comprar una segunda residencia en España no es tarea fácil. Los bancos exigen más ahorros, mayores ingresos y aplican intereses más altos debido al mayor riesgo que perciben. Los futuros compradores deben estar preparados para cumplir con requisitos más estrictos y contar con una planificación financiera sólida.
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