Críticas a la fusión de BBVA y Sabadell por sus riesgos para pymes y consumidores
Patronales y asociaciones alertan sobre el impacto en la competencia y condiciones para clientes
La operación de adquisición de Banco Sabadell por parte de BBVA sigue despertando un intenso debate sobre sus posibles consecuencias en el mercado bancario español.
En el marco de la fase uno del análisis que lleva a cabo la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), diversas patronales empresariales, neobancos y asociaciones de consumidores han expresado su preocupación por los efectos que esta operación podría tener sobre la competencia, las condiciones para los clientes, y especialmente sobre las pymes.
El test de mercado realizado por la CNMC ha servido para recoger las opiniones de distintos actores del sector financiero, que se han mostrado mayoritariamente contrarios a la operación.
La preocupación principal gira en torno a la posibilidad de que la fusión entre BBVA y Banco Sabadell reduzca la competencia en el mercado y afecte negativamente a los consumidores, especialmente a los más vulnerables.
Según las respuestas recibidas por la CNMC, la desaparición de Banco Sabadell podría implicar una menor oferta de servicios bancarios, lo que dejaría a los clientes con menos opciones y podría empeorar las condiciones comerciales.
Entre las principales críticas, las patronales empresariales han señalado que la opa podría afectar de manera perjudicial a las pequeñas y medianas empresas (pymes), que son uno de los principales clientes de Banco Sabadell.
Las organizaciones empresariales han alertado sobre la posible reducción del crédito a las pymes, lo que podría poner en peligro la viabilidad de muchas de ellas y frenar su crecimiento.
La desaparición de un competidor fuerte en este segmento podría limitar las opciones de financiación para las empresas, especialmente en un momento en el que muchas se encuentran en una situación financiera delicada debido a la inflación y a las dificultades económicas generales.
Por otro lado, las asociaciones de consumidores también han expresado su preocupación por la concentración del mercado que podría generar la operación.
En sus respuestas, los representantes de los consumidores han destacado el riesgo de que la opa dé lugar a una menor competencia en el sector bancario, lo que podría llevar a un empeoramiento de los servicios ofrecidos a los clientes, como una reducción en la calidad de la atención presencial, algo que afectaría especialmente a los colectivos de mayor edad.
Además, han señalado que la eliminación de uno de los bancos más importantes de España podría dificultar aún más la exclusión financiera, un problema que ya afecta a una parte significativa de la población.
Mientras tanto, la banca tradicional no ha compartido estas preocupaciones. En sus respuestas a la CNMC, varias entidades bancarias han defendido que la operación de BBVA no tendría un impacto negativo en la competencia del mercado español.
Según estas entidades, aunque Banco Sabadell desaparezca, aún existiría margen suficiente para competir, tanto entre la banca tradicional como con los neobancos y fintechs que han ido ganando terreno en los últimos años.
En este sentido, han subrayado que el mercado sigue siendo lo suficientemente amplio y competitivo para ofrecer alternativas a los clientes, sin que la concentración de poder entre las dos grandes entidades represente un obstáculo.
Sin embargo, a pesar de las diferencias de opinión entre los distintos actores del mercado, la CNMC ha decidido ampliar el plazo de su análisis y ha pasado la operación a la fase dos, que permitirá profundizar más en los riesgos de competencia que la fusión podría acarrear.
En esta fase, la CNMC investigará con más detalle los compromisos que BBVA podría ofrecer para mitigar los posibles efectos negativos de la operación.
Aunque la institución no ha llegado a conclusiones definitivas, ha señalado que, según su análisis preliminar, la fusión podría generar problemas en términos de competencia, especialmente en algunas regiones como Cataluña y la Comunidad Valenciana, donde la concentración bancaria sería más significativa.
De acuerdo con la CNMC, el principal riesgo de la operación radica en la creación de un duopolio en varias zonas del país, lo que podría reducir las opciones de los consumidores y poner en peligro el acceso a los servicios bancarios.
Además, la institución ha destacado que la posible reducción del crédito a las pymes y el empeoramiento de las condiciones comerciales son preocupaciones que deben ser analizadas en mayor profundidad en la siguiente fase del proceso.
La fase dos del análisis promete arrojar más claridad sobre el futuro de la opa de BBVA sobre Banco Sabadell, pero mientras tanto, las críticas y preocupaciones sobre el impacto de la operación en el mercado bancario español continúan ganando terreno.
La CNMC tendrá que evaluar con rigor los posibles compromisos ofrecidos por BBVA para asegurar que la operación no afecte negativamente a la competencia ni a los intereses de los consumidores y las empresas.
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