Alerta urgente, habrá colapso inminente de las corrientes atlánticas: qué significa
Los expertos están preocupados por lo que puede ocurrir en el mundo, también en Europa, cuando esto ocurra
Científicos de diversos centros de investigación llevan años advirtiendo sobre los cambios que está sufriendo el clima global. Afectado por fenómenos cada vez más extremos y por la transformación de sistemas naturales clave.
Entre estas preocupaciones, un tema destaca por su potencial impacto a largo plazo: la posible interrupción de la Circulación Meridional del Atlántico, AMOC. Se trata de un sistema de corrientes oceánicas que juega un papel esencial en la regulación del clima del hemisferio norte.
Un reciente estudio de la Universidad de Copenhague, publicado en Nature Communications, alerta de que este sistema de corrientes podría colapsar. Sería en algún momento entre 2025 y 2095 con un 95 por ciento de certeza. Un intervalo temporal que, aunque amplio, pone de manifiesto la urgencia de abordar los riesgos asociados.
De hecho, varios investigadores avisan de que este hecho podría producirse antes de lo que pensamos. El colapso, dicen, podría darse en 2057. Eso sí, desde la Agencia Estatal de Meteorología, AEMET, avisan que pasaría "de la noche a la mañana sino que se desarrollaría en un periodo de uno a tres siglos".
¿Qué es la AMOC y por qué es tan importante?
La AMOC, Atlantic Meridional Overturning Circulation, es un sistema de corrientes marinas que transporta calor, oxígeno y nutrientes a través del Atlántico. Una de sus componentes más conocidas es la Corriente del Golfo, responsable de llevar agua cálida desde los trópicos hacia el Atlántico Norte
Este movimiento de agua, impulsado por diferencias de temperatura y salinidad, regula el clima en regiones como Europa. En el Atlántico Norte, el agua caliente que fluye hacia el norte se enfría y se hunde al aumentar su densidad. Esto inicia un flujo profundo que devuelve agua fría hacia el sur.
Todo este proceso no solo estabiliza el clima europeo, sino que también tiene repercusiones en los patrones climáticos globales. Afecta así a muchas zonas del mundo.
Los científicos destacan que la AMOC está debilitándose poco a poco. Impulsado por el aumento de temperaturas globales y el deshielo de Groenlandia, que aporta grandes volúmenes de agua dulce al océano Atlántico, interrumpiendo el flujo normal de corrientes.
Qué ocurriría si la AMOC colapsa: cómo afectaría a España
Según simulaciones de la AEMET el supuesto colapso de la AMOC traería consecuencias climáticas graves y desiguales en el hemisferio norte y sur. En Europa, el impacto más inmediato sería en Europa occidental, donde las temperaturas podrían caer entre cinco y diez grados, especialmente en Groenlandia, Islandia y las islas británicas.
En la península ibérica, el descenso sería más leve, entre dos y cuatro grados, afectando principalmente al norte y oeste. Este enfriamiento estaría acompañado por un aumento de temporales y una notable reducción de las precipitaciones.
En la corriente de Canarias y África Occidental, en la costa occidental africana y las Islas Canarias, se intensificaría el enfriamiento. Sería por la mayor actividad de la Corriente de Canarias y el aumento de las altas presiones en Europa.
Otras zonas del mundo afectadas
En África y América del Sur, el calor que ya no sería transportado hacia el norte quedaría retenido en el hemisferio sur, causando un incremento generalizado de las temperaturas en esas regiones. Las precipitaciones se desplazarían, reduciéndose en el Caribe y el Amazonas, pero aumentando en Indonesia, noreste de Brasil y partes del sudeste africano.
En Asia y el océano Índico, el monzón, un sistema crucial para el suministro de agua en India, China y el sudeste asiático, se debilitaría drásticamente. Esto podría derivar en crisis agrícolas y problemas de abastecimiento de agua en regiones altamente dependientes de este fenómeno.
El colapso de la AMOC no generaría un enfriamiento global comparable al de una glaciación según la AEMET, pero sí profundizaría las diferencias entre hemisferios. Mientras que el norte se volvería más frío, seco y propenso a tempestades, el sur experimentaría un calentamiento extremo. El ecuador térmico se desplazaría hacia el sur, redistribuyendo el calor y alterando las precipitaciones de forma desigual.
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