
AWS logra mitigar la gran caída global, pero aún persisten efectos residuales
En su panel de estado, la compañía comunicó que la mayoría de los servicios ya funcionaban con normalidad
Amazon Web Services (AWS) ha conseguido mitigar el fallo que este lunes provocó una interrupción global en múltiples servicios digitales. La caída, que duró más de tres horas, afectó a empresas de tecnología, plataformas financieras, herramientas de inteligencia artificial y organismos públicos en distintos países.
El incidente se originó en una puerta de enlace regional en la costa este de Estados Unidos. Concretamente en la región US-EAST-1, una de las más críticas de la infraestructura de AWS. Según la compañía, el problema estuvo relacionado con un fallo en el sistema DNS y en la base de datos DynamoDB, lo que generó errores en cascada que se extendieron rápidamente.

Durante el apagón digital, gigantes como Robinhood, Coinbase y la compañía de inteligencia artificial Perplexity informaron de interrupciones. Incluso la autoridad tributaria británica, HMRC, vio su sitio web temporalmente inactivo. También se reportaron incidencias en servicios propios de Amazon, como el asistente de voz Alexa y el sistema de seguridad Ring.
Horas después, AWS confirmó que el fallo había sido “totalmente mitigado”. En su panel de estado, la compañía comunicó que la mayoría de los servicios ya funcionaban con normalidad. Sin embargo, advirtió de posibles “respuestas más lentas” o un “mayor número de errores temporales” durante el proceso completo de recuperación.
Algunos sistemas, como Lambda o el lanzamiento de nuevas instancias EC2, todavía experimentaban demoras o limitaciones de capacidad. Amazon recomendó a los clientes vaciar las cachés DNS para resolver incidencias persistentes en determinadas regiones.
La magnitud del problema volvió a poner de relieve la dependencia de AWS, que representa cerca de un tercio del mercado mundial de la nube. Su infraestructura sostiene desde aplicaciones móviles y sistemas bancarios hasta soluciones de inteligencia artificial y servicios gubernamentales.

Según expertos en tecnología, el fallo demuestra el nivel de interconexión y vulnerabilidad del ecosistema digital actual. Cuando un proveedor tan dominante sufre una caída, el impacto se multiplica a nivel global, afectando a millones de usuarios directa o indirectamente.
A pesar del alcance del incidente, la respuesta de AWS ha sido considerada rápida y eficaz. En apenas unas horas, la compañía localizó el origen del fallo, aplicó medidas de contención y restauró la operatividad de la mayoría de sus servicios. Este control del daño ha permitido que la mayoría de empresas afectadas —incluidas Robinhood y HMRC— ya hayan recuperado la normalidad.
Sin embargo, la caída ha reabierto el debate sobre la necesidad de diversificar proveedores de servicios en la nube y reforzar los planes de contingencia. La dependencia de una sola infraestructura puede suponer un riesgo sistémico cuando se producen fallos de este tipo.
En conclusión, AWS ha logrado mitigar el problema principal y restablecer su servicio en casi todo el mundo. No obstante, la recuperación total aún se encuentra en curso. El episodio deja claro que la estabilidad del mundo digital depende, en gran medida, de la resiliencia de los grandes proveedores de la nube.
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