
Alcañiz conquista el verano a ritmo de Aragón Sonoro
La VI edición de este festival llena la ciudad de ritmo y vida con una organización ejemplar y conciertos inolvidables
Alcañiz volvió a convertirse en epicentro musical de la comunidad aragonesa. El Festival Aragón Sonoro 2025 se celebró del 24 al 26 de julio con una acogida inmejorable. Más de 12.000 personas inundaron sus calles durante tres días.
Alcañiz conquista el verano a ritmo de Aragón Sonoro
La VI edición fue un ejemplo de organización, convivencia y cultura al aire libre. Ni una sola incidencia fue registrada por la Policía Local. Un dato que, en palabras del alcalde Miguel Ángel Estevan, "demuestra que Alcañiz sabe hacer las cosas bien".
Este municipio, el mayor del Bajo Aragón, acogió con los brazos abiertos a miles de asistentes. Familias enteras, jóvenes, mayores y visitantes de otras provincias disfrutaron de una programación gratuita y diversa. La música se escuchó en cada rincón desde la mañana hasta la madrugada.
Los conciertos se sucedieron en diferentes espacios del casco urbano. Desde el anfiteatro Pui Pinos hasta la plaza del Mercado, el Cuartelillo o Mendizábal. Todos ellos, abarrotados.
El único concierto de pago fue el de Sidonie, con entradas agotadas. Los demás espectáculos, completamente accesibles. Una apuesta por la cultura gratuita que ha reforzado el atractivo turístico y económico de la ciudad.

El Ayuntamiento de Alcañiz ha realizado un esfuerzo económico notable. Según explicó el alcalde, la inversión municipal superó los 100.000 euros. Contó con el respaldo de la Diputación de Teruel y el Gobierno de Aragón.
“Solo hay que ver el ambientazo que hay”, afirmó Estevan, visiblemente satisfecho. También destacó el trabajo de técnicos municipales, Policía Local y el equipo de gobierno.
Estamos acostumbrados a organizar grandes eventos. Tenemos el Mundial de MotoGP y una Semana Santa espectacular. Nos gusta hacer las cosas a lo grande
“Estamos acostumbrados a organizar grandes eventos. Tenemos el Mundial de MotoGP y una Semana Santa espectacular. Nos gusta hacer las cosas a lo grande”.
Un festival que crece sin perder su esencia
Luis Costa, promotor del festival, aseguró que Aragón Sonoro se ha convertido en una cita imprescindible del verano. “Al principio hubo dudas, pero este año, el primer día, ya igualamos la asistencia de toda la primera edición en 2019”, recordó.
La edición de 2025 fue también una prueba de fuego por el cambio de ubicación. Las obras en la plaza de España obligaron a desplazar el escenario principal al Cuartelillo. El resultado fue más que satisfactorio.

“Era un examen y lo hemos superado con nota”, dijo Costa. El nuevo espacio permitió mayor aforo, mejor logística y mantuvo la cercanía del centro histórico.
El festival arrancó el jueves con Sidonie en el anfiteatro de Pui Pinos. Concierto íntimo, vibrante y muy cercano. El grupo incluso se mezcló entre el público para cantar en acústico.
El viernes se vivió una noche llena de contrastes. La Guardia abrió con sus clásicos ochenteros y Marlena emocionó al público con sus letras actuales. Erin Memento, Tupe y Diego Aguas cerraron con sesiones electrónicas.

El sábado arrancó con música en la plaza del Mercado y culminó con conciertos multitudinarios en el Cuartelillo. Bandas como Veintiuno, Karavana, Barry B y Florida & Hermoso hicieron bailar a miles. Algunos asistentes llevaban camisetas personalizadas para la ocasión.
Impulso al talento aragonés
Uno de los pilares del festival es la promoción de artistas aragoneses. No como relleno, sino como parte esencial del cartel. Actuaciones como las de Viki Lafuente, Arey o Erin Memento fueron aclamadas por el público.
Que la gente descubra aquí grupos que luego sigue escuchando en casa
“Es uno de los aspectos que más me gusta”, señaló Costa. “Que la gente descubra aquí grupos que luego sigue escuchando en casa”.
Esta apuesta por el talento local refuerza el vínculo del festival con su territorio. Una conexión que se ha ido fortaleciendo con cada edición.
Impacto económico y turístico evidente
El festival tuvo un claro efecto en la economía local. Hoteles, apartamentos y casas rurales colgaron el cartel de completo. No solo en Alcañiz, también en localidades cercanas como Valmuel, Puigmoreno o Castelserás.

Desde la Asociación de Empresarios Turísticos del Bajo Aragón confirmaron que se reservaron habitaciones a más de diez kilómetros de distancia. La hostelería, según Alquézar, estuvo “al 100%”.
La programación diurna también favoreció el consumo local. Tiendas, bares y restaurantes se beneficiaron del constante flujo de asistentes. Incluso hubo una ruta de tardeo animada por DJ repartidos por calles y plazas.
Cada año subimos entre un 10 y un 12% en asistencia. Eso obliga a repensar el formato
También se estudian mejoras en accesibilidad, sonorización y sostenibilidad del modelo gratuito. “Cada año subimos entre un 10 y un 12% en asistencia. Eso obliga a repensar el formato”, advirtió el promotor.

Aragón Sonoro ha consolidado un modelo único. Un festival urbano, gratuito y abierto a todas las generaciones. La concejal de Festejos, Marta Alquézar, lo definió como “un festival indie muy sano, pensado para toda la familia”.
Un evento que refuerza el prestigio de Alcañiz
Alcañiz es un municipio con amplia experiencia en la organización de grandes eventos. Además del Festival Aragón Sonoro, acoge el Mundial de MotoGP. Forma parte también del Consorcio Nacional del Tambor y el Bombo, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Este festival ha reforzado su imagen como ciudad abierta, cultural y moderna. Un lugar donde la música, el turismo y la convivencia se dan la mano.

La VI edición de Aragón Sonoro cerró con cifras récord y sin incidentes. El ambiente, la calidad musical y la implicación institucional fueron claves. La apuesta por un formato gratuito, familiar y de calidad se consolidó como un modelo de éxito.
Alcañiz ha demostrado, una vez más, que sabe organizar eventos de primer nivel. Y que la cultura, cuando se hace bien, une, transforma y deja huella.
Aragón Sonoro no es solo un festival. Es una celebración colectiva, un escaparate para el talento y un orgullo para toda una ciudad. Y, por supuesto, una cita obligada en el calendario musical del verano.
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