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Varias personas con chalecos salvavidas naranjas viajan en una lancha inflable negra sobre el agua
SUCESOS

Oleada masiva de ilegales: más de 250 inmigrantes subsaharianos y magrebíes llegan en menos de 48 horas a las costas baleares

Las interceptaciones se multiplican mientras el Gobierno mantiene una política migratoria incapaz de frenar las llegadas

La Guardia Civil y Salvamento Marítimo han interceptado en apenas 24 horas a 257 inmigrantes ilegales en Cabrera y Formentera. En los últimos cinco años han entrado más de tres millones de personas, mientras muchos españoles siguen sin recibir ayudas.

La noche del martes arribaron siete pateras con 73 inmigrantes, la mayoría varones jóvenes en edad militar. Una embarcación fue rescatada con 17 magrebíes y otra con 22 subsaharianos, ambas en aguas cercanas a Cabrera. Los rescates se suceden mientras la administración sigue sin reforzar la protección de nuestras fronteras.

Durante la madrugada del miércoles fueron interceptadas seis pateras más con 127 inmigrantes ilegales. Primero llegaron 23 subsaharianos y minutos después otros 25, todos en la misma zona. Pese a ello, las autoridades insisten en políticas migratorias que no frenan el flujo constante.

A las 04.20 fueron localizados 21 magrebíes en Es Caló, y poco después otros 25 subsaharianos en Cabrera. En la misma franja horaria aparecieron 14 magrebíes más en la playa de los Arenales. La mayoría son hombres jóvenes, un patrón que se repite sin que el Gobierno dé explicaciones claras.

Ya por la mañana se hallaron otros 19 magrebíes en Es Caló y, horas después, 18 subsaharianos en Cabrera. Mientras tanto, miles de familias españolas carecen de apoyo. Resulta incoherente mantener la entrada masiva de ilegales cuando ni siquiera se protege a los ciudadanos del propio país. 

El efecto llamada se dispara: casi 1.000 inmigrantes ilegales llegan a Canarias en 15 días

Las Islas Canarias están viviendo un repunte alarmante de la inmigración ilegal, rompiendo la calma de los últimos meses. Casi mil personas han llegado en apenas quince días, desbordando los recursos y la paciencia de los canarios. Mientras tanto, el Gobierno sigue mirando hacia otro lado, más preocupado por no 'ofender' a nadie que por proteger nuestras fronteras.

Cada día llegan nuevas embarcaciones desde Marruecos, Senegal o Mauritania, con decenas o cientos de inmigrantes ilegales. Las mafias han encontrado en Canarias una puerta abierta, sabiendo que aquí nadie les detendrá. El llamado 'efecto llamada' es más fuerte que nunca porque saben que, al llegar, tendrán techo, comida y ayudas que muchos españoles aún esperan.

Dicen que no hay dinero para mejorar la sanidad ni para reforzar la educación. Dicen que no hay presupuesto para los agricultores ni para quienes lo perdieron todo con la DANA o el volcán de La Palma. Pero sí hay dinero para dar asilo, manutención y ayudas a quienes no vienen a aportar, sino a aprovecharse de un sistema que los premia por entrar ilegalmente.

Barco de rescate marítimo con muchas personas a bordo navegando en el mar acompañado por una lancha más pequeña

La Guardia Civil y la Policía Nacional hacen lo que pueden, pero sus medios son limitados y sus efectivos escasos. Sin refuerzos ni apoyo político real, se enfrentan solos a un problema que el Gobierno niega. Si este ritmo continúa, Canarias podría recibir miles de inmigrantes ilegales más antes de que acabe el año, y con ellos, más inseguridad, más gasto y más abandono a los españoles.

No hay dinero suficiente para mantener a tantísimos inmigrantes ilegales mientras miles de españoles siguen esperando ayudas básicas. El llamado 'efecto llamada' solo sirve para poner en riesgo la vida de quienes se lanzan al mar. Y que nadie se engañe: no son mujeres ni niños los que llegan en esas pateras, sino en su mayoría hombres jóvenes en edad militar.

Ya no se trata solo del enorme coste económico que supone mantener esta situación, mientras nos repiten la mentira de que nuestros impuestos van a sanidad y educación. La realidad es que el dinero de todos se va en sostener un sistema, incapaz de atender correctamente a los españoles que más lo necesitan.

También se trata de seguridad: los crímenes, los abusos y los homicidios han aumentado de forma preocupante en muchas zonas afectadas por la inmigración ilegal. Y mientras esto ocurre, el Gobierno parece vivir ajeno a ello, más preocupado por eliminar el cambio de hora que por proteger a sus ciudadanos.

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