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Un policía de espaldas junto a un coche patrulla con un símbolo de manos tras las rejas tachado en rojo.
SUCESOS

En libertad una madre por intentar asesinar a su hija de 10 años

Una mujer paraguaya intenta asesinar a su hija de 10 años para ` morir juntas ´ y la dejan en libertad

En Madrid un juzgado ha dejado libre a una madre investigada por intento de homicidio con el contexto de `poder morir juntas ´. Envenenó con antidepresivos el yogur de su hija de diez años. La decisión judicial parece blanda e insuficiente. 

La mujer, de origen paraguayo, alegó depresión por motivos sentimentales. Tras envenenar a su hija intentó suicidarse de la misma manera. Sus dos hijos mayores tuvieron que salvarlas avisando a emergencias.

Las políticas de igualdad suelen presentar a las mujeres como víctimas por el mero hecho de serlo y a los hombres como agresores. La realidad es completamente distinta. No todas las mujeres son buenas ni todos los hombres malos.

Los hechos sucedieron en un barrio de Ciudad Lineal, donde la madre convivía con sus tres hijos. Horas antes, la novia de uno de los hijos la vio vomitar y pensó que era solo otro episodio de su depresión. Esa aparente normalidad demuestra que los problemas de salud mental no pueden usarse como excusa para un intento de homicidio.

Dos agentes de la policía nacional de pie junto a un coche patrulla en un entorno urbano con vegetación y edificios al fondo.

Cuando uno de los hijos regresó y no pudo entrar en la vivienda, llamó a su hermano y ambos encontraron a la madre y a la niña inconscientes. La mujer había dejado una nota de despedida tras envenenar la comida de su hija y tomarse una gran cantidad de tranquilizantes. Ellos mismos confirmaron que no era la primera vez que su madre intentaba suicidarse.

Aun así, la madre fue detenida y, tras recuperarse en el hospital, quedó en libertad provisional. La justicia de este país ha dejado en la calle a una presunta criminal sin castigo inmediato ni medidas ejemplares. Tampoco ha habido una movilización social para pedir responsabilidades por el intento de acabar con la vida de su hija.

Este desenlace cuestiona la eficacia real de ciertas leyes de igualdad y protección. Parecen más preocupadas por mantener un relato político que por aplicar una justicia imparcial y firme. La igualdad no se construye con bancos morados, sino con normas que castiguen con la misma severidad a quien comete un delito. 

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