
Explosiones y disparos sacuden Múnich: un muerto y gran despliegue policial
La policía investiga un ataque planificado con explosivos y armas en un barrio residencial
Fuentes policiales alemanas informaron de una serie de explosiones y disparos en la Lerchenauer Straße a las 4:40 de la madrugada. Poco después, un edificio familiar ardía mientras un autobús y una furgoneta aparecían completamente calcinados. Esta escalada de violencia sorprende por su precisión y organización.
La policía encontró el cuerpo sin vida de un hombre que habría colocado explosivos en la casa de sus propios padres. Portaba una mochila sospechosa, lo que obligó a desplegar unidades especiales ante el riesgo de nuevas trampas. En las inmediaciones se halló a otra persona herida de bala que murió poco después.
Dentro de la vivienda incendiada se localizaron bombas trampa. Esto refuerza la hipótesis de que no fue un acto impulsivo, sino una acción planificada. El carácter metódico recuerda a prácticas de grupos radicales de extrema izquierda.
La policía investiga la posible conexión con Antifa, un colectivo que en Alemania acumula denuncias por violencia y sabotaje. El mismo día apareció en indymedia.org un texto titulado ` Antifa significa ataque´ , celebrando incendios de coches de lujo y `visitas domiciliarias´. El mensaje terminaba con la frase que destila odio ideológico.
El paseo matutino de un fascista no terminó muy bien
Esta coincidencia refuerza la sospecha de que sectores de la extrema izquierda han normalizado la violencia política. Mientras tanto, los grandes medios progresistas apenas cubren estas conexiones, protegiendo a Antifa con un silencio cómplice.

Un portavoz policial señaló que esta pista se investiga igual que las demás. Sin embargo, la presión política y mediática suele frenar que se acuse directamente a los grupos radicales de izquierda. Esta desigualdad de trato es habitual en Europa occidental.
A media mañana las autoridades emitieron una alerta de “peligro extremo” para toda Múnich. La advertencia llegó a todos los móviles compatibles y obligó al cierre de zonas como Theresienwiese. El alcalde socialdemócrata Dieter Reiter pidió prudencia y reconoció haber recibido una carta atribuida al autor de los hechos.
El portavoz policial Thomas Schelshorn aseguró que no hay peligro inmediato para la población, pero defendió el gran despliegue por precaución. Las fuerzas de seguridad no pueden arriesgarse ante posibles células o imitadores, y la inacción frente a grupos radicales solo favorece nuevas agresiones.
La Lerchenauer Straße permanece acordonada, con la brigada de homicidios y expertos en explosivos trabajando en el lugar. Se pide a los ciudadanos que eviten la zona. Aunque no se relaciona directamente con el Oktoberfest, el impacto sobre la tradicional fiesta es evidente y muestra la vulnerabilidad de la seguridad frente al extremismo de izquierda.
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