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Río de aguas cristalinas rodeado de rocas y vegetación en un valle montañoso con un recuadro que muestra un paisaje de árboles en flor y la leyenda Junta de Extremadura
SOCIEDAD

Valle del Jerte: naturaleza, tradición y descanso en un hotel único

El gran atractivo es su piscina infinita, un espacio que regala al viajero una panorámica espectacular del valle

El Valle del Jerte es sinónimo de naturaleza y tradición. Entre montañas, cascadas y cerezos, se alza un espacio que atrae a visitantes durante todo el año. Y en el corazón de este entorno privilegiado se encuentra el Hotel Valle del Jerte, un alojamiento de cuatro estrellas que combina historia, modernidad y comodidad.

El edificio donde hoy se levanta el hotel fue en el pasado una curtidería. Más tarde, en el siglo XX, funcionó como molino de aceite gracias a la cercanía del río Jerte. Su rehabilitación ha respetado la esencia original, añadiendo elegancia y diseño contemporáneo.

Paisaje de árboles en flor cubriendo una ladera con casas en la parte superior bajo un cielo azul

El resultado es un lugar donde se mezclan la memoria del valle y la hospitalidad de hoy.

El hotel forma parte de la Red de Hospederías de Extremadura. Sus instalaciones incluyen una cafetería acogedora, un restaurante amplio y zonas ajardinadas que invitan al relax. Pero el gran atractivo es su piscina infinita, un espacio que regala al viajero una panorámica espectacular del valle.

La localidad de Jerte, donde se sitúa el hotel, es pequeña y tranquila. El río atraviesa sus calles y marca el ritmo de la vida local. Desde aquí, es fácil acceder a la Reserva Natural Garganta de los Infiernos, un espacio protegido que guarda algunos de los paisajes más bellos de la península.

En verano, “Los Pilones” se convierten en uno de los lugares favoritos para bañarse. Son pozas naturales formadas por la erosión del agua sobre la roca. Un espectáculo de la naturaleza y un refugio contra el calor.

El valle también es famoso por su cereza. Cada año, la “Cerecera” celebra la llegada del fruto con actividades, degustaciones y visitas al Museo de la Cereza, a solo diez minutos del hotel.

Bosque con árboles altos y follaje verde iluminado por luz natural

La tradición también se vive en enero con el “Jarramplas”, fiesta popular de Piornal en la que un personaje recorre las calles recibiendo lanzamientos de nabos. Una costumbre única que sorprende a todo el que la presencia.

Para los amantes del deporte, el valle es un paraíso. Barranquismo, escalada, piragua o sencillas rutas de senderismo permiten vivir la naturaleza en primera persona. Las piscinas naturales, como las de Navaconcejo, ofrecen descanso tras la aventura.

Entre los rincones más visitados está la Cascada del Caozo, con más de 30 metros de caída, rodeada de robles y alisos. También destacan los miradores del Puerto de Tornavacas o el de la Memoria, con vistas que dejan sin aliento.

La Garganta de las Nogaledas ofrece un recorrido de apenas 4 kilómetros para descubrir su riqueza natural. Y en Casas de Castañar se conservan castaños milenarios, árboles de más de 700 años catalogados como singulares.

El Valle del Jerte lo tiene todo: paisaje, gastronomía, cultura y aventura. El Hotel Valle del Jerte es la base perfecta para descubrirlo. Historia, confort y vistas inigualables esperan al viajero que busca una experiencia diferente en el corazón de Extremadura.

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