He usado estos 3 productos en mi cocina y no volveré a ir al Clarel: queda impecable
Lo que usas para limpiar la tabla de cocina puede estar empeorando las cosas. Cambia de método y simplifica tu vida
La tabla de la cocina es uno de los utensilios que más utilizamos diariamente y, al mismo tiempo, uno de los que solemos descuidar. Si crees que los productos químicos son la solución más efectiva para desinfectarla, podrías estar cometiendo un grave error.
Estos productos, como la lejía o jabones industriales, suelen quedarse en la superficie, especialmente en tablas de madera. Además, el uso de estropajos abrasivos desgasta el material, creando grietas invisibles donde las bacterias se acumulan fácilmente.
Por qué la madera necesita un cuidado especial
Las tablas de madera no solo son resistentes y estéticamente agradables, sino que también tienen una estructura natural que requiere atención particular. Su superficie porosa puede absorber líquidos y residuos, generando malos olores o acumulando bacterias peligrosas con el tiempo.
Por este motivo, es esencial evitar métodos de limpieza que resequen la madera o que, de manera contraproducente, agraven el problema de las bacterias.
Lo único que necesitas para una limpieza efectiva
El truco definitivo para desinfectar correctamente tu tabla de cocina no implica productos caros ni procedimientos complicados. Con vinagre blanco, bicarbonato de sodio y limón, puedes mantener tu tabla libre de bacterias de manera natural y efectiva.
El vinagre es un desinfectante natural por excelencia. Solo tienes que rociarlo sobre la tabla y dejarlo actuar durante varios minutos antes de enjuagarla con agua caliente.
Eso sí, si deseas una limpieza mucho más profunda, espolvorea bicarbonato sobre la tabla, añade unas gotas de limón. Y frota con una esponja suave hasta que se forme espuma.
La clave está en la rutina
Mantener una tabla de cocina impecable no requiere esfuerzo diario ni productos difíciles de encontrar. La clave está en ser constante con una rutina simple. Después de cada uso, lava la tabla con agua caliente y una esponja suave para eliminar los restos de comida y grasas acumuladas.
Asegúrate de secarla completamente después de lavarla. La humedad es el mayor enemigo de cualquier tabla, ya que fomenta la aparición de moho y bacterias. Si tu tabla es de madera, sécala con un paño limpio inmediatamente: déjala al aire libre unos minutos para garantizar que no quede humedad atrapada.
Por qué no deberías usar lejía ni jabones agresivos
Aunque pueda parecer una solución rápida y efectiva, la lejía y otros productos químicos fuertes no son recomendables para tablas de cocina. En las de madera, estos productos pueden dañar la estructura, provocando grietas que facilitan la acumulación de bacterias y suciedad.
En tablas de plástico, aunque la superficie no sea porosa, estos químicos dejan residuos que pueden transferirse a los alimentos con el uso. Este riesgo es especialmente preocupante si no se aclaran correctamente, poniendo en peligro la salud de tu familia.
Cuándo es momento de cambiar tu tabla de cocina
Aunque una buena rutina de limpieza puede alargar considerablemente la vida útil de tu tabla, llega un momento en el que es mejor reemplazarla. Si notas grietas profundas, manchas imposibles de eliminar o malos olores persistentes, es una señal clara de que la tabla ya no es segura. Invertir en una tabla nueva no solo mejora la seguridad alimentaria en tu cocina, sino que también te permite trabajar con mayor tranquilidad.
Consejos finales para mantener la tabla en buen estado
Además de una limpieza adecuada, es importante tomar medidas preventivas para evitar que la tabla se deteriore rápidamente. Intenta no ejercer demasiada presión al cortar alimentos y evita cortes profundos con cuchillos pesados. Esto protege tanto tu tabla como tus utensilios.
Si tu tabla es de madera, aplica ocasionalmente una capa de aceite mineral para sellar su superficie y protegerla de la humedad. Este sencillo paso ayudará a que tu tabla se mantenga como nueva durante más tiempo, sin perder su funcionalidad ni su atractivo visual.
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