
Trump se planta y exige la pena de muerte en Washington
El presidente explica que la pena de muerte sirve para "disuadir y castigar los crímenes más atroces"
En un movimiento firme contra la inseguridad, el presidente Donald Trump ha dirigido una orden clara a las autoridades federales. Ha pedido que se active por completo la pena de muerte en la capital de Estados Unidos. Esta medida busca frenar los actos delictivos más graves.
Trump firmó un memorando este jueves, en él, instruye a la fiscal general, Pam Bondi, y a la fiscal del distrito de Columbia, Jeanine Pirro. Ambas deben poner en marcha esta sanción en todos los casos que lo merezcan.
El documento resalta la urgencia del tema. Trump habla de "amenazas a la seguridad pública en la capital de nuestra nación".
Explica que la pena de muerte sirve para "disuadir y castigar los crímenes más atroces". La directriz obliga a las fiscales a usar la ley federal sin excepciones, deben revisar las pruebas con detalle.
Solo entonces, si los hechos lo justifican, pedirán la sentencia máxima. Esto aplica a delitos federales en el Distrito de Columbia, es un paso que refuerza el control sobre la criminalidad en una zona sensible.
Desde que Trump asumió su segundo mandato en enero, ha impulsado varias acciones contra el crimen, ha mencionado "numerosas medidas exitosas" en los últimos meses. Como prueba, cita una baja notable en los índices de delincuencia.

"La delincuencia en el distrito de Columbia ha disminuido drásticamente en las últimas semanas", afirma el presidente. Añade que esta nueva orden forma parte de un esfuerzo continuo, quiere que la justicia sea rápida y efectiva, así, se mantendrá la paz en la ciudad.
Esta decisión llega en un contexto de tensiones crecientes, Washington DC ha enfrentado oleadas de violencia en años pasados. Robos, tiroteos y actos de pandillas han marcado las calles, la capital federal, sede de instituciones clave, no puede permitirse debilidades.
Trump ha criticado antes a las administraciones previas por ser blandas, en su visión, penas duras salvan vidas.
"Hay que disuadir y castigar", repite en el texto, sus aliados en el Congreso aplauden el giro. Ven en esto un retorno a la ley y el orden que prometió en campañas.
Trump defiende su postura con datos, en su mandato anterior, impulsó ejecuciones federales. Fueron las primeras en 17 años. Ahora, en el segundo período, acelera el ritmo.
Quiere que sirva de ejemplo:
La implementación rigurosa de las leyes sobre la pena capital será parte de esta labor continua.
En resumen, esta directriz marca un cambio en la política de justicia. Refuerza el compromiso de la administración con la mano dura. Washington, como símbolo nacional, será el primer campo de prueba.
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