
Superviviente del ataque de Hamás relata a Javier Negre los horrores del 7 de octubre
Uno de los casos más atroces fue transmitido en vivo y ella logró salvarse con su hija
El 7 de octubre quedó grabado en la memoria de miles de israelíes. Ese día, Hamás ejecutó una masacre que aún hoy sigue viva en testimonios.
Una de las supervivientes relató a Javier Negre cómo logró salvarse con su hija: “Eran las 6:29, nos despertaron los misiles, corrimos al refugio”. En sus casas, solo hay diez segundos para llegar a la habitación segura. “Apagué la luz, cerré la puerta. Pero no tenía cerradura”, explicó.
Los disparos comenzaron a escucharse desde temprano. “Era un tiroteo constante. Sabíamos que eran terroristas por el tipo de fuego”.

La mujer describió cómo improvisó un bloqueo: “Usé un remo de un bote y piezas de una aspiradora. Así pude trabar la puerta”. Mientras tanto, en las calles del kibutz, la masacre avanzaba. Vecinos eran asesinados y otros secuestrados rumbo a Gaza.
Negre entrevista a una superviviente del 7 de Octubre
“Mi mejor amigo murió. Su esposa fue secuestrada. Mi vecina, justo enfrente, también fue llevada. Nadie estaba a salvo”, relató.
Uno de los casos más atroces fue transmitido en vivo. “Mataron a una mujer mayor con 15 disparos. Su hija lo vio por Facebook”. Diez días después, el cuerpo de la víctima apareció junto al de sus hijos. “Los bebés fueron estrangulados”, confirmaron las investigaciones.
La superviviente recuerda cómo los terroristas intentaron forzar su puerta. “Golpeaban, tiraban, pero no lograban abrir. Después se fueron a otra casa”. En total, entre 500 y 900 atacantes entraron en el kibutz. Allí vivían solo 415 personas, incluidos niños y bebés.
Los soldados marcaron después cada vivienda: bandera negra si hubo muertos, amarilla si hubo secuestrados. Muchas casas tenían ambas señales.
“Esto no fue guerra, fue maldad”, insistió. Una frase que repitió con fuerza, consciente de la magnitud del horror vivido aquel día.
El relato incluyó escenas de extrema crueldad. “A un marido lo mataron con 15 disparos delante de su mujer. Después la llevaron a Gaza”. Esa mujer fue liberada más de 50 días después. Pero sigue marcada: “Cada vez que suenan misiles iraníes y corremos al refugio, pienso en ella”.
Otros testimonios recogidos muestran el mismo patrón: familias enteras asesinadas o secuestradas, bebés entre las víctimas y casas incendiadas.
“Mi vecino ayudaba a palestinos enfermos a ir al hospital. También fue secuestrado y asesinado. Así recompensaron su solidaridad”, denunció.

La superviviente resumió el sentimiento de su comunidad: “El mundo ha perdido la brújula moral. Secuestrar niñas nunca puede ser aceptable”.
El ataque del 7 de octubre dejó miles de heridos y secuestrados. Pero, sobre todo, marcó un antes y un después en la percepción del terrorismo. “Esto no fue defensa, ni libertad, ni resistencia. Fue entrar en casas y asesinar familias enteras. Fue maldad en estado puro”, concluyó.
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