El separatismo pone a Sánchez contra la pared y le ordena que cumpla lo pactado

El gobierno de Pedro Sánchez podría enfrenta un momento crucial de su legislatura. Mientras las fuerzas separatistas que lo apoyaron en la investidura amenazan con retirarle su respaldo  si no cumple con los acuerdos alcanzados.

La situación, especialmente tensa debido a las exigencias de ERC y la presión del entorno de los presos etarras. Podría poner en riesgo la estabilidad del Ejecutivo y la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2025.

ERC y la financiación catalana

Uno de los puntos más álgidos de este conflicto radica en el acuerdo de financiación singular para Cataluña, firmado entre el PSOE y ERC. Esto como parte del pacto que permitió la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat. Este acuerdo, según los republicanos, tiene características similares a un "concierto económico", aunque el gobierno central se ha resistido a catalogarlo así.

Raquel Sans, portavoz de ERC, lanzó una advertencia directa a Sánchez, dejando claro que si no se respeta lo pactado, retirarán su apoyo parlamentario. "Si el PSOE no cumple con su palabra, ERC no dará apoyo a ninguna iniciativa del PSOE. O deberán buscar mayorías alternativas o Pedro Sánchez tendrá que convocar elecciones", aseguró Sans, subrayando la seriedad de la amenaza.

Las declaraciones de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, negando que el acuerdo fiscal con ERC sea un concierto económico. Han encendido aún más los ánimos.

Montero insistió en que el pacto no representa un agravio comparativo para el resto de las comunidades autónomas. Pero ERC considera que esta postura es una respuesta a la presión de otros territorios y partidos que ven en el acuerdo un precedente peligroso.

La situación es delicada. El PSOE depende del respaldo de ERC para sacar adelante medidas clave, como los Presupuestos Generales del Estado.

Sin este apoyo, Sánchez podría enfrentarse a la necesidad de buscar nuevas alianzas en un Congreso fragmentado, o incluso verse obligado a convocar nuevas elecciones. Un escenario que preferiría evitar dada la actual incertidumbre electoral.

La tensión es palpable. Sin una mayoría clara que garantice la aprobación de los PGE, la estabilidad de la legislatura está en juego. Un fracaso en la aprobación de los Presupuestos podría desencadenar una crisis política de gran magnitud.

Esto debilitando aún más al gobierno de Sánchez y abriendo la puerta a una posible convocatoria electoral.

Junts aumenta la incertidumbre sobre los Presupuestos Generales

Junts ha generado una gran incertidumbre en torno a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2025. Un tema crucial para la estabilidad del gobierno de Pedro Sánchez.

A pesar de que la investidura de Salvador Illa resolvió la ecuación de la gobernabilidad en Cataluña. el apoyo de los siete escaños de Junts en el Congreso de los Diputados sigue siendo esencial para avanzar con las nuevas cuentas públicas.

El presidente del Gobierno ha dejado claro que sin estos presupuestos, su capacidad para seguir adelante se verá  seriamente comprometida. Las tensiones se han intensificado después de que Junts decidiera adelantar su congreso previsto para 2026. Una maniobra para redefinir su estrategia política y posicionarse como alternativa al gobierno socialista en Cataluña.

Este movimiento coincide con un momento delicado para el Ejecutivo, que debe presentar los Presupuestos en un contexto de frágil equilibrio parlamentario.

El calendario de tramitación de los Presupuestos podría verse afectado por las decisiones que se tomen en el Congreso de Junts. Aumentando así la incertidumbre y el precio del apoyo independentista en el debate de enmiendas. La reaparición de Carles Puigdemont, quien podría asumir un papel más activo en el partido, añade una capa extra de complejidad a las negociaciones.

Sin el apoyo de Junts, el Gobierno podría verse obligado a prorrogar los presupuestos anteriores. Lo que daría argumentos al PP para cuestionar la viabilidad de la legislatura y podría abrir la puerta a una moción de censura.

Presión desde el entorno de los presos etarras:

Paralelamente, el entorno de los presos etarras sigue presionando al PSOE  para que agilice la excarcelación de los 148 reclusos que aún cumplen condena. En el último año, 24 de estos presos han avanzado al tercer grado y otros 20 se benefician del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario. Que les permite salir durante el día para realizar actividades laborales o formativas.

Sare, la red de apoyo a los presos de ETA, ha solicitado al gobierno vasco, bajo la dirección del PSE-EE, que busque "soluciones creativas". Para sortear las llamadas "leyes de excepción" que, según ellos, dificultan la excarcelación de estos reclusos. Con 148 presos de ETA aún en prisión, la presión del entorno abertzale no deja de aumentar.

Un desafío para Sánchez

Pedro Sánchez se encuentra en una encrucijada. Por un lado, necesita el apoyo de las fuerzas separatistas para mantener a flote su gobierno y garantizar la aprobación de los PGE. Por otro, debe lidiar con la creciente presión de otros territorios y partidos que ven con recelo los acuerdos alcanzados con ERC. 

La situación pone a prueba la capacidad de Sánchez para maniobrar en un escenario político cada vez más complejo. Donde cualquier paso en falso podría desencadenar una crisis de gobernabilidad. Con la amenaza de ERC de retirar su apoyo y la presión de otros actores, la estabilidad de la legislatura pende de un hilo.

¿Elecciones?

Este desafío es, sin duda, uno de los más grandes que Sánchez ha enfrentado desde su llegada a la Moncloa. Las próximas semanas serán decisivas para determinar si su gobierno puede seguir adelante o si el país va a elecciones. Con todo lo que ello implica para la política española.