Sánchez negoció con Broncano en Moncloa su fichaje por RTVE

David Broncano era un objeto de deseo de Pedro Sánchez desde hacía un par de años. Su poder de influencia entre el público joven y su viralidad en YouTube con La Resistencia en Movistar Plus le hacía ser codiciado por Moncloa como nuevo referente del sanchismo.

El presidente, amante de los nuevos formatos de comunicación y de los influencers, sabía qué referentes de la izquierda dentro del mundo del entretenimiento como El Gran Wyoming estaban agotándose y que necesitaba nuevos rostros. 

Era tal su fijación con él que no dudó en abrirle las puertas de Moncloa para convencerle, según confirman desde el entorno del presentador de La Revuelta.

Sánchez encargó al Secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallés, que pusiese en marcha toda la maquinaria del Estado para ficharle en RTVE. Costase lo que costase.

Moncloa tuvo conocimiento de que Broncano había decidido acabar con su relación con Movistar Plus  a finales del año pasado y que ansiaba pelear de tú a tú en el prime time abierto contra su gran enemigo Pablo Motos, presentador de El Hormiguero.

El comunicador murciano acusaba a este último de haberle intentado boicotear su carrera y a sus invitados y su enemistad quedó patente hace unos días con la polémica con el motociclista Jorge Martín. 

Vallés dio el encargo de seducir a Broncano al entonces director de contenidos de RTVE y hoy presidente, José Pablo López. Le tanteó, según fuentes próximas, y se encontró con que tenía una oferta mareante de Mediaset.

Aquello obligó a López a buscar una cifra estratosférica que finalmente llegó a alcanzar los 28 millones de euros por dos temporadas. Un presupuesto que superaba con creces lo que Movistar Plus le pagaba por su programa.

A Broncano le preocupaba la politización de su fichaje y pidió que fuese un movimiento rápido y limpio que no derivase en una bronca política, mediática y dentro del Consejo de Administración. López le prometió todo aquello, pero  Broncano no se fio del todo conocedor de la España polarizada en la que vivimos y las tensiones que se respiran en el seno de RTVE. 

Cuando López transmitió a Moncloa las dudas de Broncano de fichar por el ente público por la previsible bronca política que podría generarse, Sánchez movió ficha e invitó personalmente a Broncano a cenar a Moncloa.

Este Palacio durante su mandato suele ser usado por el jefe del Ejecutivo para hacer cenas y almuerzos privados por personalidades relevantes de la sociedad para unirlas a su casa. Desde artistas o escritores hasta empresarios o deportistas. La labor de relaciones públicas de Sánchez a costa del contribuyente es palpable. 

En aquel encuentro privado con Broncano, según fuentes próximas al presentador, Sánchez le prometió que su fichaje por RTVE iba a ser sencillo y que ya tenían todo organizado para que pasase sin problemas por el Consejo de Administración.

Destacó su trayectoria y le hizo ver que el futuro de la nueva RTVE pasaba por su estilo disruptivo para enganchar a nuevas generaciones que ya no veían la televisión. No le habló, según fuentes consultadas, se usar su entretenimiento para dañar a los partidos de la oposición para no asustar al presentador, que lo que más miedo tenía era a perder público y anunciantes por la politización de su fichaje.

Broncano salió convencido de aquel encuentro con Sánchez y trasladó a López su intención de fichar  por RTVE. No tardó en filtrarse la noticia y aquello provocó un maremagnum de reacciones en todos los espectros que hizo a Broncano replantearse su decisión. Ocurrió todo lo que Sánchez le había prometido que no iba a pasar.

El Consejo de Administración, muy dividido y presionado por sectores de RTVE por la escandalosa cifra de su fichaje, paralizó la operación. La oposición criticaba al Gobierno por destinar tantos millones de euros a Broncano cuando rechazaba apoyar a los enfermos de ELA y los medios atacaron también al propio Broncano.

A éste le entró el miedo e incluso se reunió con dirigentes de Movistar Plus de si había oportunidad de volver a la que fue la casa donde se hizo conocido.  Así lo confirman directivos de la empresa a EDATV. “Le dijimos que no porque con todo el revuelo que se había levantado a nosotros ya no nos interesaba como personaje.

Nosotros estamos en una estrategia de no politizarnos y su vuelta podría haber provocado caída de abonados. Una pena porque David siempre ha tenido un público transversal”, explican desde Movistar Plus. 

Broncano también supo que la oferta de Mediaset se caía y al ver que se quedaba sin nada no le quedó más remedio que aceptar la encerrona de RTVE. El Gobierno consiguió tomar el Consejo de Administración de RTVE para ganar la votación de su fichaje tras la paralización inicial. Provocó la destitución de su presidenta, Elena Sánchez, que se opuso al fichaje de Broncano a pesar de las presiones del entonces director de contenidos, José Pablo López.

Tras esta cruenta guerra por hacer posible la llegada de Broncano a RTVE, el humorista presentaría su nuevo formato, La Revuelta, en el FesTVal de Vitoria  y, a pesar de las evidencias, desmarcó su fichaje de un plan de Moncloa. 

"Es una locura. Se ha asumido que Pedro Sánchez haya ordenado que haga el programa en TVE, y eso es totalmente falso", dijo Broncano faltando a la verdad, pues tal y como publicamos hoy, el propio Sánchez se arremangó para lograr su fichaje desde los aposentos de Moncloa.

También le desmentiría esta operación de Moncloa y negaría que el dinero para los enfermos por ELA fuese a su bolsillo en un cara a cara con el reportero de EDATV, Vito Quiles, que se ha hecho viral.

Broncano debutaría el 9 de septiembre en RTVE y está consiguiendo ganar en audiencia a su competidor Pablo Motos. En su último programa en el que volvieron a invitar al corredor de motos Jorge Martín tras el supuesto veto de Motos, el espacio de RTVE anotó un 17,3% (2.361.000) frente al 14% (1.911.000) de El Hormiguero.