Este es el aragonés con vinculación política que cerró el hotel para Sánchez en Huesca

El presidente Pedro Sánchez ha pasado el fin de semana en Cerler, Huesca, acompañado de su mujer, Begoña Gómez.

Su visita no ha estado exenta de polémica, con críticas por su ausencia en Valencia tras los daños de la reciente DANA.

Sánchez cerró para su uso exclusivo el Hotel Casa Cornel, un lujoso establecimiento en el Valle de Benasque. Este hotel pertenece a Alberto Guirao Gabás, hermano de José Luis Guirao Gabás, miembro del Partido Aragonés en Huesca.

José Luis Guirao Gabás no solo milita en el PAR, sino que tiene intereses en el sector de las energías renovables. Fue vicepresidente de Energías de Benasque SL, una empresa que opera en la zona. Esta conexión ha generado suspicacias sobre el uso de influencias políticas.

El cierre temporal del hotel y su restaurante por la estancia de Sánchez molestó a otros turistas. Vecinos y visitantes expresaron su descontento por el impacto en plena temporada alta.

En las pistas de esquí de Cerler, algunos asistentes lanzaron insultos y palabras de desprecio al presidente y su mujer. Las críticas reflejan el descontento social por la gestión de Sánchez en un momento delicado para el país.

En Valencia, los afectados por la DANA siguen esperando una respuesta contundente. El presidente no ha visitado la región ni ofrecido soluciones claras para los damnificados. “Es indignante que prefiera esquiar en lugar de atender nuestras necesidades”, declaró un vecino afectado.

Sánchez se enfrenta a un creciente cerco de corrupción que incluye a su mujer, su hermano y altos cargos de su Gobierno. El caso más grave es el del fiscal general del Estado, quien está imputado, algo sin precedentes en España.

La falta de explicaciones por parte del Ejecutivo agrava la desconfianza ciudadana. Cada nuevo escándalo erosiona la credibilidad de Sánchez y su equipo.

Mientras los afectados por desastres naturales como la DANA claman por ayuda, el presidente parece priorizar sus escapadas de lujo. Su presencia en un hotel propiedad de una familia socialista añade más leña al fuego.

La indignación crece tanto en Valencia como en Aragón. En el Valle de Benasque, algunos vecinos ven su visita como un ejemplo de desconexión con los problemas reales. “Usan nuestra tierra como un refugio de lujo, mientras el resto sufrimos las consecuencias de sus decisiones”, señaló un residente.

La polémica de Cerler es solo un capítulo más en una serie de decisiones que han puesto a Sánchez en el ojo del huracán. Con un panorama cada vez más complicado, su capacidad para recuperar la confianza ciudadana está en duda.

El descontento social es palpable. Las críticas por su gestión de las ayudas, los casos de corrupción y el uso de recursos públicos no cesan. España enfrenta grandes retos, pero muchos ciudadanos sienten que su presidente está más pendiente de sus escapadas que de gobernar.