Los lujos y las botas sin barro de los miembros de la Cruz Roja en la Dana
Mientras, las redes sociales cuestionan el destino de sus fondos y el uso de donaciones
La reciente movilización de la Cruz Roja para colaborar con los afectados por la DANA en Valencia ha desatado críticas, no por su labor humanitaria, sino por las condiciones en que se alojan algunos de sus miembros. Un grupo de voluntarios de la organización se encuentra hospedado en el lujoso hotel Meliá Oceanic, uno de los establecimientos más caros de la ciudad, generando un notable revuelo en redes sociales. Usuarios de la plataforma X (anteriormente Twitter) han expresado su indignación ante lo que consideran un uso inadecuado de los fondos de la organización.
La controversia cobró aún más fuerza tras las declaraciones de un usuario en X, quien señaló directamente a la presidenta de Cruz Roja, María del Mar Pageo, cuestionando el manejo financiero de la organización. En las cuentas del pasado año, se observan cifras llamativas: Cruz Roja destinó más de 500.000 euros en subvenciones, y de sus ingresos, 475.000 euros se destinaron a gastos de personal, representando un 92% del total. Sin embargo, solo el 7,5% de este personal corresponde al ámbito sanitario.
Además, más de 4 millones de euros se dirigieron a la “Alta Dirección” de la Cruz Roja Española, un equipo conformado por 64 personas.
Para muchos en redes, estos datos son reflejo de una gestión cuestionable, y algunos usuarios han calificado a la Cruz Roja como “un gran chiringuito”. La elección de un hotel de lujo para alojar a sus voluntarios ha intensificado las críticas sobre cómo la organización emplea las donaciones y subvenciones.
La Vicepresidenta y su relación con el Gobierno
Therese Jamaa, vicepresidenta de alianzas estratégicas de la Fundación Cruz Roja, también ha sido motivo de comentarios. Con experiencia en Openchip & Software Technologies, Jamaa se presenta en su perfil de LinkedIn como vicepresidenta de la Fundación Cruz Roja Española, posición que ha ocupado durante los últimos dos años.
Su vida personal también ha captado la atención de los medios, pues actualmente está en pareja con el ministro José Manuel Albares, relación que ha levantado interrogantes sobre posibles conflictos de interés.
La Cruz Roja Española, fundada en 1993 para cumplir con su misión humanitaria, ha recibido en los últimos años una cantidad creciente de subvenciones públicas. En 2023, la fundación reportó un aumento del 37% en sus ingresos con respecto a 2022, pasando de un presupuesto de 770 millones de euros a más de 1.060 millones. Según la organización, el gobierno español aportó más de 600 millones de euros en subvenciones, según consta en una resolución publicada en el BOE en enero de este año.
Desconfianza y críticas
Las cifras reveladas han suscitado serias dudas entre quienes cuestionan la necesidad de destinar fondos a hospedajes de lujo para una misión humanitaria. Muchos consideran que este tipo de gastos van en detrimento de la misión social de la organización y de la confianza de los donantes que esperan que su apoyo financiero se traduzca en ayuda directa a quienes lo necesitan, especialmente en emergencias como la DANA.
Con la situación aún en el ojo público, las preguntas sobre la transparencia y la ética en el manejo de fondos de Cruz Roja quedan abiertas, mientras los usuarios de redes y los ciudadanos exigen respuestas y mayor responsabilidad de una organización que, por sus cifras de subvenciones y el nivel de vida de su alta dirección, ha quedado bajo una lupa crítica.
Más noticias: