La exconsejera que dimitió tras la huelga educativa en Asturias será senadora del PSOE

La Federación Socialista Asturiana ha propuesto a la ex consejera de Educación, Lydia Espina, para ocupar un escaño en el Senado. La designación llega tras la salida de Melania Álvarez, anterior senadora, que deja su puesto y abre el camino para la propuesta de Espina. Espina fue la cuarta consejera del Gobierno de Adrián Barbón que dimitió durante la legislatura, marcando una etapa de inestabilidad.

Antes de su renuncia ya habían dimitido Melania Álvarez en Derechos Sociales, Belarmina Díaz y Nieves Roqueñí en otras áreas.

Su salida se produjo en junio tras la primera huelga educativa en 15 años en Asturias, que movilizó a miles de ciudadanos. La dimisión de Espina estuvo acompañada de la renuncia de más de 70 directores de colegios públicos en toda la región.

Estos directores denunciaron diferencias con el Gobierno de Adrián Barbón y criticaron la gestión educativa de la consejería.

La huelga y las protestas marcaron un hecho histórico en el Principado, con amplia participación de la comunidad educativa asturiana. La propuesta de que Espina ocupe el escaño en el Senado ha generado controversia y reacciones políticas en Asturias.

El Partido Popular ha mostrado su rechazo y calificó la designación como un "premio" a quien generó la mayor movilización educativa.

La portavoz de Educación del PP, Gloria García, afirmó haber recibido numerosas quejas de docentes indignados por esta decisión. El PP considera que la elección de Espina supone una recompensa política tras una etapa de gran conflictividad en la región.

Desde el entorno socialista se defiende que Espina aporta experiencia política y que puede representar con solvencia a Asturias.

La polémica designación ha abierto un debate sobre la gestión del presidente del Principado, Adrián Barbón, en esta legislatura. Espina se convierte así en una de las protagonistas de la renovación de cargos que impulsa el PSOE en el Senado.

La ex consejera había estado en el centro de la polémica por las protestas educativas que pusieron en tensión al Gobierno asturiano. Su llegada al Senado se enmarca en un momento de cambios internos en el PSOE asturiano tras la última remodelación del Ejecutivo.

El relevo en el Senado deja a Espina como la nueva representante socialista, pese a su controvertida salida de la Consejería. El debate en torno a su nombramiento refleja la división política entre Gobierno y oposición en la región sobre su figura.

La decisión de la Federación Socialista Asturiana deberá ser ratificada, pero todo apunta a que Espina asumirá el escaño.