Estas son las curiosidades en las declaraciones de Aldama, Koldo y Begoña Gómez
Begoña Gómez declaró por tercera vez pero solo respondió las preguntas de su abogado en un tiempo limitado
Esta semana ha sido clave en los casos de corrupción que ponen en jaque al Gobierno y cercan al entorno más cercano de Pedro Sánchez. Víctor de Aldama, señalado en la trama, declaró por más de tres horas. Respondió a todas las preguntas, aportando pruebas y nuevos datos.
En su declaración, Aldama desmontó las palabras del exministro José Luis Ábalos, afirmando que gran parte de lo dicho no corresponde a la realidad. Según Aldama, a través de plataformas como Airbnb se organizaron reuniones privadas en pisos con miembros del Gobierno y “señoritas”.
El empresario afirmó que alquiló apartamentos para Ángel Víctor Torres en barrios céntricos como Salamanca y Justicia, entre otros. Aldama señaló que entregó sumas de dinero como comisiones ilícitas a figuras clave del PSOE, entre ellos Santos Cerdán y Ábalos.
Por su parte, Koldo García, hombre de confianza de Ábalos, compareció ante el Supremo durante dos horas, negando todas las acusaciones. Koldo rechazó el manuscrito presentado por Aldama, asegurando que la letra no es suya y negando cualquier vínculo con comisiones ilegales.
El asesor de Ábalos también negó haber gestionado pisos para reuniones del partido o haber distribuido dinero en el despacho del exministro. Koldo abandonó el Supremo evitando a la prensa. Se limitó a negar su implicación en los delitos señalados por el empresario investigado.
En contraste, Begoña Gómez declaró por tercera vez. Sin embargo, solo respondió a las preguntas de su abogado, eludiendo las de la acusación. La esposa del presidente del Gobierno estuvo apenas 35 minutos en los juzgados, un tiempo que generó más preguntas que respuestas.
Por su parte, el juez Juan Carlos Peinado continúa recopilando pruebas y testimonios en un caso que cada vez salpica a la mujer del presidente. Las diferencias en el contenido y la duración de las declaraciones no han pasado desapercibidas para la opinión pública, que demanda respuestas claras y contundentes ante unas acusaciones de tal gravedad.
La investigación avanza, pero las sombras sobre el Gobierno no hacen más que crecer. Con cada nueva declaración, la trama se complica, y los vínculos entre los implicados parecen más estrechos de lo que se creía en un principio.
Los casos de corrupción rodean cada vez más al PSOE, sumando tensión a un Gobierno que enfrenta constantes cuestionamientos judiciales. La diferencia en el tiempo y contenido de las declaraciones levanta sospechas sobre estrategias para minimizar el impacto mediático. La sociedad exige transparencia, pero las declaraciones de figuras clave parecen responder más a intereses políticos que a esclarecer la verdad.
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